Hoy os traemos el relato completo tal y como lo podéis disfrutar en este fantástico libro: AMOR KM. 0. Pertenece a nuestra última publicación, dentro de la Colección Cupido de Zarracatalla.
COMO A TI MISMO de Ana Larráz Galé (Santa Brígida - Las Palmas), que está siendo el protagonista durante estas semanas. Lo acompaña una ilustración obra de Rosi Oliver (Luceni - Zaragoza), que le pone imagen a esta historia, como siempre aderezada con la Esencia y Frase de cabecera que extrajo la gran María Belén Mateos Galán.
COMO A TI MISMO de Ana Larráz Galé (Santa Brígida - Las Palmas), que está siendo el protagonista durante estas semanas. Lo acompaña una ilustración obra de Rosi Oliver (Luceni - Zaragoza), que le pone imagen a esta historia, como siempre aderezada con la Esencia y Frase de cabecera que extrajo la gran María Belén Mateos Galán.
Hazte con este fantástico libro en la librería Portadores de sueños o directamente envíanos un correo electrónico y te lo haremos llegar: zarracatalla@gmail.com
La mejor manera de querer es empezar a quererse uno mismo, amar lo que el espejo refleja y sentir el aroma naranja de la vida…
“Ya con la decisión tomada, se dirigió al vestidor, pero al pasar por delante del dormitorio, no puedo evitar mirar el reflejo que se veía en el cristal de la puerta: allí estaba, bellísima con su albornoz malva y el pelo recogido con una toalla del mismo color. Sintió que su corazón se llenaba de pasión y que un sentimiento de orgullo le inundaba el pecho”
Rosi Oliver
Luceni (Zaragoza)
COMO A TI MISMO…
Se levantó igual que todos los días,
pensando en ella, en su gran amor.
Últimamente estaba un poco desmejorada.
Su cabello estaba perdiendo el color y el brillo que siempre había llamado la
atención de todo el que la conocía. El rubio dorado que tuvo, hacía mucho
tiempo que le había abandonado, pero aún así, el tono caoba que, desde hacía
más de diez años lucía, se le veía muy apagado. No quiso preocuparse mucho más,
«seguro que son cosas de la menopausia» pensó, pero decidió pedir hora en la
peluquería para que intentaran solucionarlo, no iba a consentir que nada
hiciera palidecer al objeto de su deseo, así que llamó y concertó una cita.
Se molestó mucho con la chica que le
atendió porque no había sitio hasta el día siguiente y su necesidad era
imperiosa, quería cita para esa misma tarde, no podía permitir que nada afeara
al ser que adoraba, así que buscó otro centro de belleza cercano a su casa en
las páginas amarillas y allí, sí consiguió la hora.
Más feliz, volvió a la habitación y se
metió en la ducha. Al salir, miró en el gran espejo del dormitorio y a través
de él, vio la figura desnuda que tanto amaba. Había engordado unos cuantos
kilos desde que dejó de tener la regla, pero seguía teniendo un cuerpo
magnifico. Nadie diría que iba a cumplir cuarenta y cinco años, su figura
aparentaba no más de treinta y dos. Una sonrisa de satisfacción apareció en su
cara, «¡qué belleza!», pensó.
Salió del baño y se dirigió a la cocina.
Tenía que preparar el desayuno. Un buen zumo de frutas era lo ideal para evitar
el envejecimiento, no quería que esa piel que adoraba, tersa como la seda, se
estropeara y si para ello tenía que pelar tres kilos diarios de naranjas, lo
haría.
Mientras realizaba su labor, pensó que
la temporada estaba acabando y que su tesoro, no tenía nada nuevo para empezar
la estación. Su economía no estaba demasiado boyante, pero ese cuerpo, al que amaba
con todas sus fuerzas, necesitaba tener algo bonito con lo que cubrirse, así
que, sin pensarlo mucho, decidió que se merecía eso y más. Eran tantas las
satisfacciones que le daba, que valdría la pena sacrificarse un poco.
«Seguramente el casero me permitirá pagarle un poco más tarde, ya lo ha hecho
en otras ocasiones. Cuando cobre la extra de Navidad me pondré al día»,
especuló.
Ya con la decisión tomada, se dirigió al
vestidor, pero al pasar por delante del dormitorio, no puedo evitar mirar el
reflejo que se veía en el cristal de la puerta: allí estaba, bellísima con su
albornoz malva y el pelo recogido con una toalla del mismo color. Sintió que su
corazón se llenaba de pasión y que un sentimiento de orgullo le inundaba el
pecho «¡qué maravilla, qué hermosura!», pensó. Cerró los ojos con fuerza para
intentar mantener esa imagen más tiempo en su retina y que le acompañara a lo
largo del día, sabía que eso le daría fuerzas para soportar su soporífero
trabajo.
Abrió el armario, eligió un traje de
chaqueta de entretiempo y se vistió rápidamente. Acababa de mirar su reloj de
pulsera y ya eran casi las ocho. Bajó corriendo las escaleras y llegó justo a
tiempo de coger el autobús. Notó un poco de frío y eso, aún reforzó más su
decisión: en cuanto saliera del trabajo iría a Modas Pimpinela, conocía a la
dueña y sabía que no tendría problemas con ella si necesitaba devolver algo. Le
iba a comprar ropa nueva a su gran amor, no iba a consentir que nadie dijera
que no estrenaba nada ese otoño se dijo para ella mientras intentaba leer los
titulares del periódico del hombre que se sentaba a su lado.
Cuando el autobús se detuvo, bajó y casi
corriendo, eran las nueve menos cinco, entró en un edificio de oficinas. Cogió
el ascensor y marcó la planta cuarta. Allí era donde trabajaba, en una sucursal
de seguros de vida. Encendió su ordenador y casi sin saludar a sus compañeros,
comenzó a contestar los correos que tenía en el buzón.
Seis horas más tarde, volvió a salir del
edificio. En toda la mañana, no había dejado de pensar en qué sería lo que más
le agradaría a su amor, qué piezas darían mayor vistosidad a ese cuerpo que le
hacía enloquecer. Le costó concentrarse en su trabajo porque su mente, volvía
una y otra vez a la visión del reflejo
del cristal de la puerta del dormitorio. Tan maravillosa le parecía, tan
femenina y dulce, que le daban ganas de salir corriendo de la oficina para
volver a su casa. Por fin, la mañana ya había pasado. Ahora se podía ocupar de
satisfacer sus deseos.
Rápidamente se dirigió a la tienda de su
elección. Abrió la puerta y vio que Elvira, la dueña, estaba allí.
—Buenas tardes —dijo sonriendo.
—Buenas tardes señorita Marisa, ¿Qué tal
está? No le veíamos desde el verano…
Se molestó al creer entrever una crítica
en esas palabras, pero rápidamente contestó justificándose.
—Sí, es que he estado fuera. Quería
comprar un vestido de color azul…
—Ahora mismo lo buscamos…
—Creo que he engordado un poco y quizás
necesite una talla más de lo habitual…
—¡Qué va! —le contestó la propietaria
del comercio—. Usted siempre está igual. Ahora llamo a la chica para que le
traigan algo exclusivo.
—Bueno, pero que se dé prisa. Tengo hora
para la peluquería. Llevo el pelo hecho un desastre…
La dependienta llegó y Marisa, se llevó
el carísimo vestido azul sin probárselo y se fue corriendo a su cita.
En cuanto salió de la tienda, la
dependienta y la dueña se pusieron a hablar de ella:
—¡Qué señora más rara! —dijo la chica—.
Se ha llevado la pieza sin preguntar cuánto costaba.
—Sí que lo es. Estoy segura de que tiene
lo justo para pagarlo, pero aun así lo ha comprado. Yo creo que gasta más en
ropa que en comer, cualquiera diría que está enamorada de sí misma —le contestó
Elvira mientras terminaba de sacar una camisa de una caja.
Mientras tanto, Marisa había llegado al
centro de belleza y en cuanto acabó, cargada con sus bolsas, corrió hacia su
casa. Se moría de ganas de verse con su nueva adquisición. Abrió la puerta y
dejando todo tirado por el medio del pasillo, corrió a su dormitorio y
rápidamente se puso el vestido azul y empezó a dar vueltas sobre sí misma
mientras se miraba en el gran espejo del armario.
—¡Qué guapa que estoy! ¡Nadie en el
mundo me puede superar en belleza! ¡No sé cómo he estado yendo con estos
harapos a trabajar! ¡Debería llevar siempre vestidos como este! ¡Quién mejor
que yo se los merece! —dijo contemplándose en el espejo ensimismada con la
imagen que veía en él.
La dueña de la tienda, no se equivocaba
mucho en su diagnóstico...
Ana Larraz Galé
Santa
Brígida (Las Palmas)
Un nuevo texto y su ilustración se publicarán en el blog el 26 de diciembre. No esperes hasta entonces, hazte con él ya y descubre todo lo bueno que te trae lo nuevo de COLECCIÓN CUPIDO.
Antología de relatos y poemas en la que participan más de 50 personas.
AMOR KM. 0
Varios autores.
Colección Cupido.
Primera edición: febrero 2017
ISBN: 978-84-617-8393-9
Depósito legal: Z 182-2017
180 PÁGINAS
Incluye ilustraciones y fotografías a color.
Pide tu ejemplar en nuestro correo electrónico y te lo enviamos a casa, o a través de la librería Portadores de sueños
Precio: 13€
Precio: 13€
Besetes a tod@s.
Nos leemos.
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