martes, 4 de diciembre de 2018

AMOR KM. 0: COMO A TI MISMO (Ana Larraz)

Hoy os traemos el relato completo tal y como lo podéis disfrutar en este fantástico libro: AMOR KM. 0Pertenece a nuestra última publicación, dentro de la Colección Cupido de Zarracatalla.
COMO A TI MISMO de Ana Larráz Galé (Santa Brígida - Las Palmas), que está siendo el protagonista durante estas semanas. Lo acompaña una ilustración obra de Rosi Oliver (Luceni - Zaragoza), que le pone imagen a esta historia, como siempre aderezada con la Esencia y Frase de cabecera que extrajo la gran María Belén Mateos Galán. 
Hazte con este fantástico libro en la librería Portadores de sueños o directamente envíanos un correo electrónico y te lo haremos llegar: zarracatalla@gmail.com





La mejor manera de querer es empezar a quererse uno mismo, amar lo que el espejo refleja y sentir el aroma naranja de la vida…



“Ya con la decisión tomada, se dirigió al vestidor, pero al pasar por delante del dormitorio, no puedo evitar mirar el reflejo que se veía en el cristal de la puerta: allí estaba, bellísima con su albornoz malva y el pelo recogido con una toalla del mismo color. Sintió que su corazón se llenaba de pasión y que un sentimiento de orgullo le inundaba el pecho”





Rosi Oliver

Luceni (Zaragoza)





COMO A TI MISMO…

Se levantó igual que todos los días, pensando en ella, en su gran amor.
Últimamente estaba un poco desmejorada. Su cabello estaba perdiendo el color y el brillo que siempre había llamado la atención de todo el que la conocía. El rubio dorado que tuvo, hacía mucho tiempo que le había abandonado, pero aún así, el tono caoba que, desde hacía más de diez años lucía, se le veía muy apagado. No quiso preocuparse mucho más, «seguro que son cosas de la menopausia» pensó, pero decidió pedir hora en la peluquería para que intentaran solucionarlo, no iba a consentir que nada hiciera palidecer al objeto de su deseo, así que llamó y concertó una cita.
Se molestó mucho con la chica que le atendió porque no había sitio hasta el día siguiente y su necesidad era imperiosa, quería cita para esa misma tarde, no podía permitir que nada afeara al ser que adoraba, así que buscó otro centro de belleza cercano a su casa en las páginas amarillas y allí, sí consiguió la hora.
Más feliz, volvió a la habitación y se metió en la ducha. Al salir, miró en el gran espejo del dormitorio y a través de él, vio la figura desnuda que tanto amaba. Había engordado unos cuantos kilos desde que dejó de tener la regla, pero seguía teniendo un cuerpo magnifico. Nadie diría que iba a cumplir cuarenta y cinco años, su figura aparentaba no más de treinta y dos. Una sonrisa de satisfacción apareció en su cara, «¡qué belleza!», pensó.
Salió del baño y se dirigió a la cocina. Tenía que preparar el desayuno. Un buen zumo de frutas era lo ideal para evitar el envejecimiento, no quería que esa piel que adoraba, tersa como la seda, se estropeara y si para ello tenía que pelar tres kilos diarios de naranjas, lo haría.
Mientras realizaba su labor, pensó que la temporada estaba acabando y que su tesoro, no tenía nada nuevo para empezar la estación. Su economía no estaba demasiado boyante, pero ese cuerpo, al que amaba con todas sus fuerzas, necesitaba tener algo bonito con lo que cubrirse, así que, sin pensarlo mucho, decidió que se merecía eso y más. Eran tantas las satisfacciones que le daba, que valdría la pena sacrificarse un poco. «Seguramente el casero me permitirá pagarle un poco más tarde, ya lo ha hecho en otras ocasiones. Cuando cobre la extra de Navidad me pondré al día», especuló.
Ya con la decisión tomada, se dirigió al vestidor, pero al pasar por delante del dormitorio, no puedo evitar mirar el reflejo que se veía en el cristal de la puerta: allí estaba, bellísima con su albornoz malva y el pelo recogido con una toalla del mismo color. Sintió que su corazón se llenaba de pasión y que un sentimiento de orgullo le inundaba el pecho «¡qué maravilla, qué hermosura!», pensó. Cerró los ojos con fuerza para intentar mantener esa imagen más tiempo en su retina y que le acompañara a lo largo del día, sabía que eso le daría fuerzas para soportar su soporífero trabajo.
Abrió el armario, eligió un traje de chaqueta de entretiempo y se vistió rápidamente. Acababa de mirar su reloj de pulsera y ya eran casi las ocho. Bajó corriendo las escaleras y llegó justo a tiempo de coger el autobús. Notó un poco de frío y eso, aún reforzó más su decisión: en cuanto saliera del trabajo iría a Modas Pimpinela, conocía a la dueña y sabía que no tendría problemas con ella si necesitaba devolver algo. Le iba a comprar ropa nueva a su gran amor, no iba a consentir que nadie dijera que no estrenaba nada ese otoño se dijo para ella mientras intentaba leer los titulares del periódico del hombre que se sentaba a su lado.
Cuando el autobús se detuvo, bajó y casi corriendo, eran las nueve menos cinco, entró en un edificio de oficinas. Cogió el ascensor y marcó la planta cuarta. Allí era donde trabajaba, en una sucursal de seguros de vida. Encendió su ordenador y casi sin saludar a sus compañeros, comenzó a contestar los correos que tenía en el buzón.
Seis horas más tarde, volvió a salir del edificio. En toda la mañana, no había dejado de pensar en qué sería lo que más le agradaría a su amor, qué piezas darían mayor vistosidad a ese cuerpo que le hacía enloquecer. Le costó concentrarse en su trabajo porque su mente, volvía una y otra vez a la visión del  reflejo del cristal de la puerta del dormitorio. Tan maravillosa le parecía, tan femenina y dulce, que le daban ganas de salir corriendo de la oficina para volver a su casa. Por fin, la mañana ya había pasado. Ahora se podía ocupar de satisfacer sus deseos.
Rápidamente se dirigió a la tienda de su elección. Abrió la puerta y vio que Elvira, la dueña, estaba allí.
—Buenas tardes —dijo sonriendo.
—Buenas tardes señorita Marisa, ¿Qué tal está? No le veíamos desde el verano…
Se molestó al creer entrever una crítica en esas palabras, pero rápidamente contestó justificándose.
—Sí, es que he estado fuera. Quería comprar un vestido de color azul…
—Ahora mismo lo buscamos…
—Creo que he engordado un poco y quizás necesite una talla más de lo habitual…
—¡Qué va! —le contestó la propietaria del comercio—. Usted siempre está igual. Ahora llamo a la chica para que le traigan algo exclusivo.
—Bueno, pero que se dé prisa. Tengo hora para la peluquería. Llevo el pelo hecho un desastre…

La dependienta llegó y Marisa, se llevó el carísimo vestido azul sin probárselo y se fue corriendo a su cita.
En cuanto salió de la tienda, la dependienta y la dueña se pusieron a hablar de ella:
—¡Qué señora más rara! —dijo la chica—. Se ha llevado la pieza sin preguntar cuánto costaba.
—Sí que lo es. Estoy segura de que tiene lo justo para pagarlo, pero aun así lo ha comprado. Yo creo que gasta más en ropa que en comer, cualquiera diría que está enamorada de sí misma —le contestó Elvira mientras terminaba de sacar una camisa de una caja.

Mientras tanto, Marisa había llegado al centro de belleza y en cuanto acabó, cargada con sus bolsas, corrió hacia su casa. Se moría de ganas de verse con su nueva adquisición. Abrió la puerta y dejando todo tirado por el medio del pasillo, corrió a su dormitorio y rápidamente se puso el vestido azul y empezó a dar vueltas sobre sí misma mientras se miraba en el gran espejo del armario.

—¡Qué guapa que estoy! ¡Nadie en el mundo me puede superar en belleza! ¡No sé cómo he estado yendo con estos harapos a trabajar! ¡Debería llevar siempre vestidos como este! ¡Quién mejor que yo se los merece! —dijo contemplándose en el espejo ensimismada con la imagen que veía en él.

La dueña de la tienda, no se equivocaba mucho en su diagnóstico...


Ana Larraz Galé
Santa Brígida (Las Palmas)



Un nuevo texto y su ilustración se publicarán en el blog el 26 de diciembre. No esperes hasta entonces, hazte con él ya y descubre todo lo bueno que te trae lo nuevo de COLECCIÓN CUPIDO.
Antología de relatos y poemas en la que participan más de 50 personas.
AMOR KM. 0
Varios autores.
Colección Cupido.
Primera edición: febrero 2017
ISBN: 978-84-617-8393-9
Depósito legal: Z 182-2017
180 PÁGINAS 
Incluye ilustraciones y fotografías a color. 
Pide tu ejemplar en nuestro correo electrónico y te lo enviamos a casa, o a través de la librería Portadores de sueños 
Precio: 13€


Besetes a tod@s.
Nos leemos.

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