jueves, 30 de enero de 2014

Hoy conocemos a nuestro cuarto escritor

Llego el momento de desvelar la identidad de nuestro cuarto artista invitado a participar en "Nuestra historia". Ha sido el autor del capítulo cuarto titulado "Descansa Pedro" y nos ha narrado brillantemente la situación de nuestros personajes. Además de añadir otra vuelta de tuerca más al triangulo amoroso Pedro-Ana-Olga... y ahora también Ramón. Ha sabido entenderlos perfectamente y definirlos un poquito más.
Desde estas líneas agradecerle su colaboración. Ha sido un placer contar contigo.
Eduardo Navarro Gálvez.
https://www.facebook.com/edu.navarro.355?fref=ts Aquí os dejo su perfil en facebook, para los que no lo conozcáis. Y para los que sí lo conocéis, para que podáis felicitarle que lo merece.
Ahora vamos con la previa del lunes. El capítulo V se titulará: "Estoy de vuelta". Un gran trabajo que seguro os va a encantar. Profundiza un poquito más en las relaciones complicadas entre los personajes y tenemos novedades sobre el estado físico del protagonista. Y ya no digo más...
Por otro lado, desde aquí queremos animaros a que nos enviéis vuestros textos para San Valentín. Recordamos que hay de tiempo hasta el 28 de febrero y debe cumplir los siguientes requisitos: letra tamaño 10, interlineado sencillo y de 20 a 30 páginas tamaño A5 (mas o menos).

miércoles, 29 de enero de 2014

Puerta con puerta, por Eduardo Comín Diarte

Lo prometido es deuda. Celebramos San Valero a nuestra manera. Así que aquí os dejo con este interesante relato de nuestro amigo Eduardo Comín que a este paso lo vamos a nombrar nuestro experto en situaciones y costumbres rurales, y es que es un enamorado de la vida en el pueblo y un apasionado escritor. Le vamos a crear una ubicación específica dentro del blog. Podéis acceder a través de la pestaña superior con el mismo título: Puerta con puerta, y ahí encontraréis el relato. Espero que lo disfrutéis.

martes, 28 de enero de 2014

3.000 y muchas mas

Otra zarracatalla de visitas en pocos días nos hace superar las 3.000 visitas. Una gran cifra para este proyecto que tan solo lleva un mes publicando periódicamente todos los lunes un nuevo capítulo y que ha contado con la colaboración de amigos para haceros mas llevadera la semana.
Ya nos ha llegado el primer relato de San Valentín, y está genial. Esperamos recibir muchos mas para publicarlos todos los viernes a partir del día 14 de febrero.
Mañana a partir de las ocho de la tarde, una publicación muy especial para celebrar San Valero. Se titula "Puerta con puerta" y es obra de nuestro amigo Eduardo Comín. Espero que la disfrutéis.
Todas las novedades como siempre en nuestro perfil de facebook "Zarracatalla Editorial".
Os dejo otro regalico musical. A cargo de Rubén Garcés, miembro de Nasville. Formación amiga que tiene un interesante 2014 por delante y a los que deseamos lo mejor.
Aceptamos sugerencias para la celebración de las 4.000 visitas...


lunes, 27 de enero de 2014

Nuestra historia: Capítulo IV: Descansa Pedro

Lunes de nuevo. Y como no un nuevo e intrigante capítulo de Nuestra historia. Ya os dejé la previa el pasado jueves, así que a leer y a disfrutar...


IV-Descansa Pedro

Los pasillos del hospital cada vez eran más largos y a la vez más claustrofóbicos. Ana no dejaba de pensar en que si no hubiera marcado el número de Pedro, para decirle que pasara a recoger sus cosas cuando ella no estuviera en casa, esto no habría sucedido.
-Ana, deberíamos llamar a sus padres...-dijo Rafa mientras le pasaba la mano por el pelo a Ana.
-Rafa...-es lo único que pudo decir Ana mientras miraba a Rafa con  la cara desencajada y las lagrimas inundando sus mejillas.
-Lo haré yo-. Si alguien sabia decir las cosas ese era Rafa. Siempre estaba ahí, su manera de hablar pausada y cercana hacían que los problemas fueran más livianos. Ramón, unos meses atrás no hacía más que contarle que Patricia no era más que una "follamiga" pero que se había convertido en "demasiado" amiga  para dejarla como a tantas otras, así sabía perfectamente que Rafa le quitaría las piedras del camino a la hora de dejar a la última en llegar al grupo.
Mientras, Ana comenzó a tranquilizarse quizás producto del paso de las horas o quizás por el valium que le había traído Rafa. Los recuerdos le empezaron a llenar la cabeza y se vio a ella misma mandándolo a la mierda, odiándolo, besándolo, queriéndolo y observándole en los pasillos del instituto.- !Joder que imbécil¡, le deseaba todo lo peor esta mañana y ahora todo se puede acabar.- La idea de que Pedro no saliese con vida le atormentaba y pensar en que hace unos minutos no quería verlo nunca más, se le clavaba en el corazón como un puñal.
-Patri, no me lo perdonare en la vida, porque lo llamé...
-Cielo no pienses así, sabes que Pedro es un tío especial, saldrá de esta.
-Chicas esto va para largo- dijo Ramón, después de acercarse a la zona de quirófanos.- Las cosas están muy complicadas, es posible que después de la operación se quede en coma inducido, incluso que muera.
-¿Y las piernas?- sollozó Patricia con el poco aire que le quedaba por el sofoco.
-Eso es lo que menos importa ahora...- sentenció Ramón, acercándose a Ana y agarrándole la mano y limpiándole las lagrimas.
         El quirófano era una zarracatalla de batas verdes, pitidos y bisturíes. En medio, Olga luchaba por separar su lado profesional de su lado sentimental.
-¡Vamos Pedro, vamos!- a la vez que analizaba las posibilidades de qué hacer o probar para que sus piernas comenzaran a responder, pensaba en la noche de Nochevieja y en que por nada del mundo imaginaba que la siguiente vez que viera a Pedro en una cama fuera de esa manera. Por más que quisiera, no podía sacarse de la cabeza que la noche que pasó con Pedro fue increíble -Joder, sería una pena que todo esto quedase insensible de cintura para abajo, y justo ahora...- Olga se sorprendió pensando en los atributos de Pedro en medio de la operación.-Joder Olga, céntrate donde está tu juramento Hipocrático y tu profesionalidad, se dijo a ella misma.
-¡Doctora Tena despierte! Y si no está capacitada salga del quirófano y que venga alguien que este centrado.
-Perdón Doctor, Ya estoy al cien por cien.
            Al fin, tras largas horas de espera, Olga encaró el pasillo y fue a la sala de espera donde estaban todos. Tras hablar con los padres de Pedro, se acerco a los demás:
-Chicos, Pedro...
-Pedro está en coma, ya sabéis que estos días serán cruciales, está muy grave pero si en 48 horas no ha fallecido las probabilidades de que salga del coma aumentaran. Parece que la medula no está afectada así que creemos que con mucho esfuerzo y trabajo, si Pedro sobrevive podría volver a andar.
- Deberíamos descansar.-Dijo Rafa.
Ana se acercó a los padres de "su novio" y los convenció de que no podían hacer nada allí, que tenían que marcharse a casa e intentar dormir un poco. Así que les acompañó a la salida del hospital a tomar un taxi. Patricia y Rafa se marcharon juntos  y Olga ya se retiró a cambiarse y rellenar el papeleo de la operación. Pese a la tensión del momento, Olga se dio cuenta de que Ana en ningún momento le miró a la cara mientras contaba los detalles de la intervención. Era fácil ver que no quería hablarle ya que en otra situación le habría preguntado mil cosas y la habría corregido en todo lo que hubiera creído necesario. Ana era así, una persona muy responsable y a la que a veces las formas de hacer todo a impulsos de Olga, le sacaba de sus casillas.
-Ana, te llevo a casa.- Dijo Ramón mientras sacaba las llaves de su imponente deportivo.
-Gracias Ramón, no me veo capaz de coger la moto ahora mismo.-
           Ya en el coche, apenas cruzaron palabras, no había mucho que decir.-Mañana te llamo, si quieres me paso por aquí y vamos al hospital a ver cómo va todo, intenta descansar-. Ana bajó del coche, y como si algo que no fueran sus piernas la empujaran fue andando hasta su casa. Al abrir la puerta, sorpresa, varias cajas de laboratorios médicos le esperaban nada más entrar. -Dios, sus cosas-. Unas horas antes, las había metido en las cajas con toda la rabia que una persona engañada puede sentir hacia el hombre que había amado durante casi toda su vida. Una tras otra, sacaba las cosas de las cajas y recordaba lo especial que era Pedro, sus camisetas de fútbol, su amada camiseta con el 23 de Michael Jordan, sus discos, sus cartas, sus llaves del apartamento con el llavero de Homer, el cual, Ana odiaba.  Pedro siempre le decía que dejaría de ser joven el día que cambiara ese llavero por llevar colgada una tarjeta de descuentos del súper. Así entre recuerdos e incertidumbre Ana se fue a la cama, y mientras ponía religiosamente la alarma del móvil, un whatsapp: Olga "Ana siempre hemos estado juntas, y ahora deberíamos estarlo más que nunca, tenemos que hablar".-Tan juntas, que hemos compartido hasta el novio, venga ya.- Pensó mientras dejaba el móvil en la mesilla sin ninguna intención de contestar a Olga.
            A la mañana siguiente los padres de Pedro, más tranquilos, llamaron a Ana para preguntarle si sabía el numero pin del móvil de Pedro para mantenerlo encendido y poder atender llamadas de ex compañeros, amigos y demás conocidos, que no supieran la trágica noticia. Ana les dijo que era su año de nacimiento, y que enseguida les vería.-¿Qué hago? debería contarles lo que había pasado, pero me tienen como a una hija, quizás sea mejor dejar pasar el tiempo y no darles otro disgusto. Aprenderé a llevarlo.
        Ana caminó hasta el hospital para ver si Pedro presentaba alguna mejoría. En teoría tendría que ir a trabajar pero el día anterior el jefe directo de Ana le dijo que no se preocupase, que se tomase el tiempo que necesitara. Al llegar allí se encontró con Patricia que terminaba su turno de trabajo y le invitó a tomar un café en el Rock and Blues.
-Tía ayer me llamo Olga y no le contesté, no sé cómo afrontar esto, estoy hecha un lío. No sé si soy novia de Pedro, si soy amiga de Olga, ni siquiera sé quién soy yo ahora mismo.
- Es normal que ahora te plantees millones de posibilidades, todos lo estamos haciendo. Pero no deberías pagarlo con Olga. Siempre habéis sido amigas, además recuerda que esa noche todos habíamos bebido para el resto del año ya. Y qué coño, todos tenemos errores y secretos.
- Se que tienes razón y que Olga nunca se ha parado a pensar ni una de las decisiones de su vida, pero es que esto es diferente.
- Hola chicas, he imaginado que alguien estaría por aquí.-Dijo Rafa mientras se quitaba la cazadora.-¿Alguien ha visto a Ramón?
-No, ayer me dijo que si quería me traería al hospital, pero ya no he vuelto a saber nada más de él.- dijo Ana. Ramón nunca daba muchas explicaciones de lo que hacía o dejaba de hacer así que era habitual que pasaran días sin saber nada de él.
-¿Qué os parece si esta noche cenamos juntos?
- No me apetece mucho Rafa, creo que intentaré dormir algo más que esta noche, sé que lo haces porque no me sienta sola, pero creo que no voy a estar bien esté donde esté.
- Vale, pero ya sabes que estamos aquí para lo que necesites.
     Mientras, Olga, caminaba hacia el hospital para cumplir su obligación laboral, pensando en que por uno de sus calentones estaba perdiendo a dos de sus mejores amigos y estaba fraccionando el grupo que tantos buenos momentos le había dado.-Si ni siquiera ahora me habla, no lo volverá a hacer en la vida. Joder ¿porqué solo pienso cuando ya está todo hecho?-Si algo tenía claro Olga, era que necesitaba a sus amigas, ellas le ponían el punto de cordura que muchas veces a ella le faltaba.-Tengo que hacer lo que sea-.Siguiendo con su paseo de reflexión ya se encontraba en las calles cercanas al hospital, y de pronto vio a lo lejos a Ana andando entre la gente.- ¿Qué hago? Le saludo y le pregunto por Pedro, eso es.-Mientras en la otra dirección Ana.-Mierda, Olga viene andando hacia aquí, espero que no me diga nada.
-Ana...- pero ella pasó a su lado sin desviar la mirada ni un ápice, sólo pensaba en llegar a casa y que estos dos días pasaran rápido. Al caer la noche, Ana empezó a sentirse sola y decidió llamar a Ramón que en los últimos días se había portado muy bien con ella, así que cogió el teléfono y lo llamó.
-Ramón necesito hablar con alguien.
-¡Aquí estoy para lo que quieras niña! ¿Has cenado? ¿Qué te parece si compro algo de comida china, paso por tu casa y charlamos?
-Vale te espero.-A la media hora Ramón llamaba ya al portero automático de Ana. Nada más entrar al apartamento vio que las cosas de Pedro estaban revueltas por todo el salón y que había algunas mas en unas cajas a medio llenar.
-Ya sabes, las cosas de Pedro...
-Ya veo. Deberías retirarlas y no estar todo el día viendo sus cosas. Te ayudaría. -Los amigos comenzaron a cenar y a reír como siempre hacían.  El vino y la calefacción en el crudo invierno hicieron que el ambiente fuera bueno y que los dos estuvieran cómodos y olvidaran un poco todos los problemas de las últimas horas. Las historias y anécdotas se iban sucediendo a la par que los chupitos de Orujo y los Gin-Tonic. La tele ponía la música de fondo pero Ramón y Ana no se daban ni cuenta de lo que esta les ofrecía ya que cada palabra que decían o escuchaban se encontraban mucho mejor.
- ¡Dios!-Ana despegó sus ojos como pudo hasta tres veces y se dio cuenta de que lo que veía era cierto. Ramón estaba dormido en su cama, levantó el edredón para ver qué es lo que le podía explicar lo que ahí viera y efectivamente, ella llevaba una camiseta y ropa interior, pero Ramón no. Totalmente desnudo roncaba como si un helicóptero sobrevolara la habitación.-No puede ser, otra vez no.-Pensó Ana, ya que no era la primera vez que eso sucedía. Unos años atrás, en un cumpleaños de Ramón, todos salieron a tomar unas copas. Patricia todavía no había llegado al grupo. Rafa como siempre que bebía algún trago de más, o perdía los papeles o se dormía por los pubs, lo que suele ser un "colgao". Así que aquella noche Pedro decidió llevárselo a casa. De ese modo, Ana y Ramón se quedaron solos, y entre el alcohol, la labia de él y el sentimiento de atracción-odio que desde siempre había sentido Ana hacia Ramón, los dos acabaron en casa de Ramón dando rienda suelta a su pasión. Se prometieron que nadie jamás debía saber aquello, pero lo cierto es que Ramón nunca lo había olvidado, y lo había deseado desde hacía mucho tiempo.
"You and I we gonna live forever..." - ¡Joder! Ana saltó sorprendida de la cama. De su móvil salían los acordes de "Live Forever" de Oasis, y eso sólo sucedía cuando Pedro era el que le llamaba. La adrenalina recorrió hasta el último rincón del cuerpo de Ana mientras Ramón abría los ojos para volver a encender las luces del mundo.
-¿Si? ¿Diga?- respondió Ana con la voz entrecortada.
-Ana soy Olga, imaginé que no contestarías si llamaba con mi móvil…
- ¿Qué coño dices?
- Nada solo llamaba para decirte que deberías venir al hospital, Pedro.... Hola... ¿¿¿me oyes??? bip bip bip.
- Joder, era Olga. Solo le ha dado tiempo de decir que vaya al hospital. Me voy rápido, ya hablaremos de esto...
- ¿Cómo?
- Adiós.
    Cogió un taxi, y al llegar al hospital se encontró a Olga en la puerta más nerviosa de lo normal y con los ojos llorosos. Sin decirle nada, atenazada por los nervios, le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera. Sin mediar palabra recorrieron los pasillos y al entrar en la habitación de Pedro...
       ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?-De repente un soplo de aire fresco entro en mi cuerpo. No respiro bien. Todo está borroso. Solo veo una luz, siluetas y formas. ¿Qué me está pasando?
- Ana, Pedro responde, está saliendo del coma, quería que vinieras lo antes posible.
- Gracias Olga, muchas gracias-  sollozó Ana mientras agarró fuerte la mano de Olga.
     Pedro empezó a respirar fuerte, y a sufrir una especie de taquicardia, al momento abrió los ojos y contempló todo como un bebé observa un mundo nuevo.
- ¿Qué me ha pasado?
- Acabas de volver a nacer, Pedro descansa...
           
             











jueves, 23 de enero de 2014

Desvelamos el nombre de nuestro tercer escritor

Es el momento de desvelar la identidad de nuestro tercer artista. En esta ocasión ha sido la autora del tercer capítulo de "Nuestra historia", que tituló "Por mi culpa". Nos devela qué pasó tras la misteriosa llamada recibida por Pedro al final del segundo episodio. Un capítulo intenso en el que nuestro protagonista se debate entre la vida y la muerte.
Desde Zarracatalla Editorial estamos entusiasmados con poder contar con su colaboración y su implicación. Con todos vosotros, nuestra amiga....
RUTH MARTINEZ GOMEZ.
Aquí os dejo un enlace a su perfil de facebook: Ruth Martínez Gómez y otro a su perfil comercial para que conozcáis su gran trabajo, por si os interesa: Maral Fotografía
Un besazo enorme y gracias de nuevo.
También queremos comentaros que ya está en nuestras manos el cuarto capítulo de la saga. Nos desvelará el estado de salud de Pedro, la relación entre los miembros del grupo, y se avecinan nuevas relaciones inesperadas entre ellos... como para perderte nuestra publicación del lunes.

martes, 21 de enero de 2014

¡San Valentín de libro!

Nos estamos volviendo locos con semejante acogida que está teniendo de nuestro proyecto. Así que os vamos a pedir un poquito más. Lanzamos el siguiente reto. Una colección de diez relatos cortos, de diez escritores diferentes, para reunirlos en el que será el primer recopilatorio de Colección Cupido. Como podéis imaginar por el título de la entrada, se trata de diez historias con una temática romántica, que podéis enfocar desde cualquier punto de vista. Nos encanta que nos sorprendáis.
Es un reto en condiciones, eh. Así que esperamos vuestros relatos a través de nuestro correo electrónico: zarracatalla@gmail.com.
El texto debéis escribirlo en A5, fuente Times New Roman 10 y tiene que tener una extensión entre 20 y 30 páginas. Valoraremos vuestros trabajos y a partir del día 14 de febrero todos los viernes, los iremos publicando en una sección específica habilitada para ello. Tenéis hasta el día 28 de febrero, viernes, para enviarlos. Si estáis trabajando en ello nos gustaría que nos lo hicieseis saber para poder planificarnos las subidas.
¡Vamos a ver de qué somos capaces!

lunes, 20 de enero de 2014

Nuestra historia. Capítulo III: Por mi culpa

Ya está aquí el intensísimo tercer capítulo de "Nuestra historia". En el se resuelven varias incógnitas planteadas anteriormente. No os desvelo nada, os dejo que leáis.


III. POR MI CULPA

-Un, dos, tres, cuatro...un, dos, tres, cuatro.....-los servicios de emergencias intentan reanimar a una mujer de unos sesenta años que conducía el coche contra el que he chocado.
 El semáforo estaba rojo, pero era Ana quien llamaba y… he perdido la noción del tiempo y del espacio.
Oigo sirenas. Muchas sirenas. Suenan lejanas. Tengo un terrible dolor de cabeza. Imagino que causado por el fuerte impacto del airbag. Hay un montón de cristales a mí alrededor y mucho humo..., me cuesta respirar. Oigo que alguien grita, pero me siento cansado, muy cansado.....

-¡Chico! ¡Chico! ¡Despierta! ¡No te duermas! ¡Escúchame!-un miembro del cuerpo de bomberos intenta despertar a  Pedro, pero no lo consigue.
-¡Debemos sacar a este chico de aquí lo antes posible! Pero tiene las piernas atrapadas-uno de los médicos.
-Tendremos que intentar sacarlo por el techo-le responde el jefe de bomberos.
-Ha perdido el conocimiento y mucha sangre-médicos y enfermeras de la ambulancia examinan a Pedro- ¡Deberemos hacerlo deprisa!
En esos momentos parte hacia el hospital la otra ambulancia. Se lleva a la mujer que conducía el otro coche. Está grave.
Tras hora y media retirando hierros y cristales consiguen sacar a Pedro del vehículo. Lo meten en la ambulancia y se dirigen al hospital. Por el camino intentan despertarle sin éxito.
-¡Rápido, oxígeno! Ya queda poco-dice una de  las enfermeras-, ya estamos llegando, ¡aguanta chaval!....


Mientras, en el hospital, Ana sostiene su móvil en la mano. Le ha llamado tres veces y nada.
-“El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en estos momentos”-le responde una vocecilla en el auricular.
-¡Grrr! ¡Me saca de mis casillas! ¡Será posible! ¡¡¡Como ha podido hacerme esto, y encima no cogerme el teléfono!!!

Un aviso por el megáfono hace volver en sí a Ana, que se encontraba inmersa en sus pensamientos y en todo lo que había pasado en las últimas horas.-Pues nada, ¡a trabajar!
-“Doctora Retuerto, doctora Retuerto. Acuda al servicio de urgencias, por favor. Repito, Doctora Retuerto, acuda al servicio de urgencias, por favor”.

-¡Sitio, por favor! ¡Dejen los pasillos libres!-Ramón se afana en despejar la zona ante la inminente llegada de la ambulancia- ¡Rafa, reúne a todo el equipo en quirófanos!
-Accidente de tráfico. Varón. De unos 30 años. Sin identificar. Con traumatismo cráneo-encefálico y posible pérdida de sensibilidad en las extremidades inferiores-el equipo médico de la ambulancia adelanta el parte a Ramón, que los recibe a la entrada-. Que alguien avise al doctor Andrés y a la doctora Retuerto.
-Ya les han avisado- acompaña al equipo junto a la camilla, cuando de repente se da cuenta de quién es el paciente-. ¡Oh Dios mío! ¡Pero si es Pedro!
-¿Le conoces?
-Si.... Es el novio... Bueno si, el novio de Ana. La doctora Ana Retuerto-a la par que entran al quirófano. Allí les aguarda todo el equipo a excepción de Ana.
-Roberto, busca a Ana. Tiene que estar al caer. Debes impedir que entre. ¡Es Pedro!..
-¡Y que le digo!-Roberto es el mas joven del equipo de quirófanos y con el que más confianza tienen ambos.
-¡No sé, invéntate algo!
-Pero... ¿Qué ha pasado?
-Un accidente de tráfico, por lo visto se saltó el semáforo. ¡Joder Roberto, no hay tiempo! ¡¡Que no entre!!-Ramón se estaba empezando a desesperar.
-¿Pero...?-Roberto obedeció al ver como se descomponía el rostro de su interlocutor ante tanta pregunta-. Bueno, voy a ver si viene Ana.....

Ya en el pasillo, Roberto ve venir a Ana. No sabe que decirle. ¿Cómo le va a explicar que no puede entrar al quirófano?
-Ana...
-Buenos días Rober.
-No puedes pasar...-bloqueando la entrada.
-¿Qué pasa Rober? Tienes mala cara. ¿Por qué no puedo pasar? Me han llamado por megafonía para que acuda, hay una urgencia.
-Lo sé, lo sé. Pero no puedo dejarte pasar.-Roberto no encontraba una excusa mínimamente creíble.
-Lo siento Rober, pero si no me das más explicaciones voy a tener que pasar. ¡Es mi trabajo!
-Ummm..... yo..., no sé como decirte esto...
-Venga hombre, que me estás asustando.
-Esta bien...-de repente cogió fuerzas y lo soltó- Es Pedro.
-¿Cómo que es Pedro?
Tres segundo de silencio interminables. Roberto al final concluyó.
-El del accidente. La urgencia por la que te han llamado. Es Pedro..., está grave.

A unos metros de allí, en el Rock´n Blues, el bar de la esquina donde se reúnen a tomar unas cervezas después del trabajo, se encuentran Olga y Patricia tomando un café y hablando del mal rollo que va a haber ahora en el grupo.
-¡Como se te ocurre liarte con Pedro!
-¡Oye, guapa! ¡Dos no se lían si uno no quiere! Que no se te olvide que tanta culpa tiene él como yo. Bueno que digo.... ¡Más culpa tiene él, que es el que tiene novia!
-Pues sí. No le vamos a quitar méritos... ¡Pero es que su novia es tu amiga, tía!
-¡Mira quien fue a hablar! ¿Y lo tuyo con Ramón, eh?
-No me compares. Que no teníamos pareja ninguno de los dos.
-Bueno... tu no. Pero él estaba con aquella chica morena del laboratorio. Que si no recuerdo mal estuvo a punto de suicidarse cuando Ramón le dijo que la dejaba porque estaba saliendo con otra.... ¡tú!
-¡Venga ya! ¡Esa tía es una teatrera! ¡No fue para tanto!-Patricia estaba empezando a calentarse por las acusaciones de su amiga. No soportaba que estuviera escabullendo el bulto de esas maneras-¡Joder, Olga! No me cargues con el muerto a mí. Que esto no es lo mismo y lo sabes.
-Perdona Patri, solo es que....
La conversación se interrumpe por el sonido del “busca” de Olga.
-Pero ¿hoy no tenías fiesta?
-Si, pero siempre lo llevo encima por si acaso.
-Bueno. ¿Te vas al hospital?
-Si, es una urgencia. No sé que habrá pasado. Le tocaba turno a Ana en trauma...
-Adiós. Mañana nos vemos. ¡Corre, vete! Que ya pago yo los cafés-su tono era mucho mas conciliador. Así era Patricia. Podía enfadarse contigo y a los dos segundos se apaciguaba. Nunca te guardaba rencor. Era una gran persona a la que todos recurrían en sus peores momentos por su dulce temperamento.
-Gracias Patri por el café y tu paciencia… Te llamo mañana.
Olga le tiró un besito al aire a modo de despedida y salió volando del establecimiento. Ella remató con tranquilidad su capuchino y se dirigió con parsimonia hacía la barra para abonar los cafés. En ese momento sonó su teléfono. Casi se le cae el monedero al ver que era Ramón.
-Hasta me he ruborizado y todo ¡Que vergüenza!, que hago… ¿Lo cojo…? Pues no. ¡Que se joda! Que la última vez que quedamos me dio plantón. Y su escusa... ¡Que se había dormido! Si, ya… ¡Y una mierda!-Lo cierto es que no era mentira. Se había dormido, pero en  casa de una de las enfermeras de la segunda planta-Y a mí, no debería importarme, lo nuestro fue algo breve....
Se interrumpen sus pensamientos por el sonido del móvil de nuevo. Otra vez Ramón.
-Que no lo voy a coger. ¡He dicho que no! Lo cierto es que me gusta. Me gusta como me mira... ¡Pero no como mira a otras!
¡Seré imbecil! ¡Claro que le gusto...le gustan todas! Y además lo dejamos claro desde un primer momento. Yo sabía como era él, que le gusta la fiesta. Le gusta salir, y salir con todas. Pero le creí cuando me dijo que yo era especial. Que ambos mantendríamos una relación abierta, pero que yo era especial. Solo que yo, en realidad, no quería una relación abierta.
Vuelve a sonar el móvil. Esta vez es un whatsapp de Ramón:
-”Ya sé que no me quieres coger el teléfono, pero quería que supieras que Pedro está ingresado en el hospital. Ha tenido un accidente con el coche. Lo han traído hace un momento. He preguntado por ti, pero me han dicho que hoy no trabajabas. Está muy grave, creo que deberías venir. Un Beso.”

Patricia de dirige al hospital a toda velocidad, pensando también en todas las cosas que habían sucedido en los últimos días. Todo lo de nochevieja, lo de Pedro con Olga, Ana… y  ahora esto.
Accede por el servicio de urgencias buscando a Ramón:
-¿Pero que es lo que ha pasado?
-Aún no se saben los detalles, pero por lo que se ve Pedro se saltó el semáforo y se llevó a otro coche por delante.
-¿Y como está?
-Ha entrado en quirófano hace ya un buen rato. Aún no saben los daños que tiene, pero no pinta bien. Cuando llegó ya estaba inconsciente, y no saben  en que estado se encuentran sus piernas, quedaron aplastadas por debajo del volante...
-¿Y Ana...?
-No lo sé… He mandado a Rafa para que se quedara con ella. No le hemos permitido que entrara en el quirófano.
-¡¡OH!! ¡Por eso han llamado a Olga! Estábamos tomando un café, y le ha sonado el busca....
-¡Ufff..., que marrón!
-Voy a ver como está Ana, gracias por avisarme-Patricia le dio un dulce beso en la mejilla a Ramón, le sonrió y salió a buscar a su amiga.

Por el pasillo se encuentra con Olga que se dispone a entrar en quirófano. Esta se le queda mirando extrañada.
-Hola Patri, ¿que haces aquí?
-¿No lo sabes...?
-¿Que pasa....?
Un silencio que podría cortar el aire. Patricia prosigue.
-Es Pedro. Ha tenido un accidente. Por eso te han llamado a ti para operar, no quieren que entre Ana-el rostro de Olga se descompuso-. Es él quien está en quirófano. Me voy a ver si encuentro a Rafa, que está con Ana... Quizás no te lo tendría que haber dicho, pero creo que era mejor que lo supieses antes de entrar. Estaré por aquí…
Patricia le dio un abrazo a Olga y tomó sus mejillas con sus manos.
-Vamos Olga, tienes que ayudar a nuestro amigo. ¡Se fuerte!
Ella asintió con la cabeza sin articular palabra. Patricia le correspondió asintiendo. Olga cogió sus manos, las beso, agacho la cabeza y en silencio entró al quirófano. No podía creer lo que estaba pasando, era como una pesadilla de la que no puedes despertar.

En las inmediaciones Rafa acompañaba a Ana, que estaba dando vueltas de un lado a otro del pasillo, sin poder parar, y no dejaba de preguntarse porque nadie le contaba nada de lo que había pasado. Patricia apareció por la puerta de quirófanos y Ana corre a abrazarse con ella. Entonces rompió a llorar. Hasta el momento había resistido, pero al ver a Patricia no pudo contenerse más.
-¿Pero que es lo que ha pasado? ¿Por qué nadie me cuenta nada? ¿Cómo está? ¿Te han dicho algo?
-Solo sabemos que ha sido un accidente de tráfico. Por lo visto se saltó un semáforo en rojo. Aún no saben por qué, pero uno de los bomberos dijo que cuando lo sacaron del coche, tenía el móvil en la mano....
   Entonces vieron palidecer a Ana, que tuvo que sentarse en uno de los asientos para no caerse, y solo dijo...
-Por mi culpa...
Y arrancó a llorar.

viernes, 17 de enero de 2014

¡2000 visitas!

Estamos de subida y esperamos continuar nuestra trayectoria ascendente durante muchas semanas. Si el pasado jueves celebrábamos "impresionados" la consecución de las 1000 vistas, tan solo ocho días después hemos logrado las 2000. Y para celebrarlo os dejamos otro regalito especial, de los que nos gustan por aquí. Un tema titulado "Barras y estrellas " de nuestros amigos Esleir. Una formación que en 2013 nos mostró de lo que son capaces y seguro que en este 2014 nos asombrarán con nuevos temas y conciertos para sus seguidores (que en la Ribera Alta son unos cuantos). Así que este es nuestro pequeño homenaje a esta gente que fusiona tan bien la música metal con el folk. Gracias por permitirnos difundir vuestro arte en nuestro humilde blog.



Ya os podemos adelantar que el tercer capítulo está en nuestras manos, y es muyyyy intenso. Pero para eso tendréis que esperar hasta el lunes.
Permaneced atentos al blog y a nuestro perfil de facebook, donde adelantamos todas las novedades.

jueves, 16 de enero de 2014

Todos los secretos serán revelados

Se que os estaréis preguntando quién es el escritor/a anónimo de esta semana. Autor del segundo capítulo de "Nuestra historia" titulado: Cómo he podido. Desde Zarracatalla Editorial solo podemos agradecer su predisposición y su interés porque este proyecto salga adelante. Con todos vosotros, nuestra amiga....
REBECA FERNANDEZ GASPAR.
Un besazo enorme y gracias de nuevo.

lunes, 13 de enero de 2014

Nuestra historia. Capítulo II: Cómo he podido

Aquí os dejo la tan esperada segunda entrega de Nuestra historia. Espero que la disfrutéis mucho. Nuestro primer escritor/a anónimo nos ha dejado su trabajo. Atentos todos porque la trama fluye con naturalidad. Un gran trabajo y...ansiosos porque llegue el tercer capítulo, porque vaya final tiene este. No puedo decir más, así que ¡A LEER!

 II  ¿Cómo he podido?

Un tono, dos tonos, tres tonos…
-¿Qué pasa semental?- me quedo sin habla-Pedro, Pedro ¿estás ahí?
-Hola Olga- dije después de un gran silencio
-Pensé que ya no me ibas a llamar-¿pero que dice esta tía?
-Olga iré directo al grano, te llamo con respecto a lo de anoche…
Sin dejar acabar la frase una Olga emocionada dijo
-¡Oh, si! Tu tampoco puedes dejar de pensar en ello ¿eh?- No entendía que me quería decir con eso
-No mira te seré sincero, no recuerdo nada y he estado intentando hacer memoria e incluso llamando al resto del grupo pero nada, imposible. ¿Me puedes explicar qué pasó?
-Pues nada que los dos no quisiéramos
-Hasta ahí lo puedo imaginar, pero…
-Escucha Pedro los dos sabemos que esto tarde o temprano iba a pasar -Me aceleraba por momentos, ¿qué iba a pasar? yo quiero a Ana y esto no ha podido suceder, Olga es tan solo una buena amiga -Pero tranquilo si tu quieres será nuestro secreto.
-¿Secreto?-grito-¡¡Ana ya lo sabe!!- esta tía me está sacando de mis casillas.
-¿Qué? ¿Cómo?-dijo ella sorprendida
-Me ha echado de su casa, ha debido de ver  el whastapp que me enviaste y el video. ¡¡Dios Olga!! ¿Pero en qué estabas pensando?
-¿Pensando yo?¡¡Pensando tú guapo!! Te recuerdo que tú eres el que tienes novia.
- Pero es tu mejor amiga ¡¡por el amor de dios!!
Tras otro silencio bastante incómodo Olga continúa
-¿Cómo ha visto Ana el mensaje y el video?
-No lo sé. Yo me desperté porque ella me estaba gritando
-¿Ana fue a tu casa?
-Noooo… yo estaba en la suya
-Pero si yo te dejé dormido como un tronco en tu casa
-Ya te digo que no recuerdo nada ¡joder!-¿en qué idioma le tengo que decir que no me acuerdo de nada?
-Pedro, ¿de verdad me dices que no recuerdas nada?-su voz sonaba a decepción, cosa que me dejó aun mas desconcertado si cabe.
-De verdad Olga, he llamado a todos y sólo recuerdo estar bailando y lo siguiente que Ana me despertaba gritando ¡no recuerdo nada!
Mi paciencia estaba empezando a agotarse y para colmo Olga comienza a gritar
-¡¡Pues no me pidas a mí que te cuente qué, cómo y cuándo pasó, ya has visto el video, haz tus conclusiones!!
Y así sin más me colgó el teléfono, sin resolverme nada de lo que había pasado y quedándome con cara de tonto sin saber qué hacer.
Al cabo de unos minutos, quizás media hora, me tumbé en el sofá y acabé lo que quedaba de Bourbon y Tequila hasta que el agotamiento físico y mental pudo conmigo y caí en un profundo sueño. Sueños raros, pesadillas, en las que estaba sólo dentro de un túnel y veía al final de él a Ana pero no conseguía llegar a ella, había una mano que me atrapaba y cuando conseguía verle la cara era Olga.
A la mañana siguiente desperté otra vez con resaca ¡¡Uff!! Vaya día me espera…
Miré el móvil ningún whatsapp, ni mensaje, ni llamadas. Sólo llamadas perdidas de mi madre que imaginaba que estaría preocupada, ni siquiera recordaba haberle felicitado el año.
Mis padres pasaron la Nochevieja con unos amigos en una casa rural. Yo tenía planes con el grupo para esa noche así que me pareció una buena idea. Mis padres siempre habían sido muy familiares para estas fechas pero desde que en la familia de mi madre una Nochebuena hubo una fuerte discusión, dejamos de pasar las navidades con ellos así que en Nochebuena cenamos mi padre mi madre, mi hermana y yo. Mi hermana tiene veinticinco años, una cabra loca, que se pasa el día de fiesta en fiesta. Está terminando la carrera, pero como siga así creemos que es la carrera la que terminará con ella. Ana cenaba con su familia, de momento, siempre ha sido así, en Nochevieja era distinto cada uno hacíamos nuestros planes.

Seguía confundido, sin saber qué hacer. No sabía si llamar a Ana sería buena idea. ¡¡Joder Gañán la has cagado pero bien!!
Echo un vistazo a la casa, un desastre absoluto, pero con la resaca que tenía no me apetecía hacer nada me tomé un ibuprofeno y dormí un rato mas.
Me desperté y eran más de las 3 de la tarde, tengo hambre, y mi nevera parecía hacer eco, la mejor opción pedir algo. Un rato después, aparte del desorden que ya había, tenía la mesa llena de tupper del chino.
Volví a mirar el móvil y nada… ¿Sabrían todos ya lo que había pasado? Decidí llamar a mi madre, seguiría preocupada:
-¿Mamá?
-Hola mi niño-para mi madre seguiré siendo su niño tenga treinta, cuarenta o cincuenta años-nos tenías preocupados te he llamado varias veces ¿cómo estás?
-Bien mamá, bien. ¿Y tú? ¿Y papá?
-Nosotros muy bien. Llegamos de la casa rural hace un ratito. La verdad es que nos lo hemos pasado estupendamente-mis padres tienen un grupo de amigos de toda la vida con los que suelen salir muy a menudo de cena, a comer, de cañas… se lo montan bastante bien, dicen que están viviendo su segunda juventud ¡hacen bien!-¿y tú cómo lo pasaste?
-Yo bien -no sé ni qué contarle
-¿Y Anita? ¿Cómo está? ¿Está ahí contigo? Pásamela para que le pueda felicitar el año-mis padres quieren muchísimo a Ana. Si se te enteraran de lo que ha pasado probablemente al que dejarían de hablar e incluso desheredarían sería a mí.
-Ehhh no, Ana está trabajando. Le tocaba hoy guardia-tengo que conseguir hablar con Ana antes de decir nada a mi familia.
-¡Madre mía lo que trabaja esta chica! Bueno, pues dale un besito de nuestra parte cuando la veas.
-Si mamá, en cuanto la vea-ojalá la pudiera ver y darle uno y mil besos.
-¿Te pasa algo hijo? Te noto algo raro-mi madre es como una pitonisa puede notar que me pasa algo hasta por teléfono.
-Nada mamá. Simplemente que la noche fue larga y ya sabes, me hago mayor…
-¡Anda, anda! No te quejes tanto. Pues nada mi niño, te dejo, que tengo todo manga por hombro y recuerda que el día cinco os espero a Ana y a ti para cenar aquí en casa y darnos los regalos de Reyes-¡¡Quién se acordaba ya de eso!! Ana se ocupó de comprar todos los regalos como siempre, yo sólo compraba el suyo y muchas veces tenía que venir conmigo a elegirlo, soy un desastre para estas cosas.
-Si mamá, allí estaremos-no me gusta mentir a mi madre pero en esta ocasión no me quedaba más remedio
-¡Un besito Pedro!
-Otro para ti mamá.
Sigo pensando si llamar a Ana o directamente ir a su casa. Marco una vez, dos veces, tres veces, cuatro, cinco… ¡y así hasta trece veces! Desisto. Le dejo un whastapp: “Ana por favor necesito que hablemos, te quiero mucho.”
Ana es mi mundo, Ana es mi todo. Desde que empezamos a salir  en el instituto hemos sido inseparables, siempre juntos, siempre unidos. Ella ha sido mi mayor apoyo desde que hace un año me despidieron de la empresa donde llevaba trabajando 8 años.
Nunca fui un buen estudiante pero conseguí sacarme un grado superior de informática y desde que lo terminé estuve trabajando en la misma empresa hasta que por la crisis me despidieron junto a cuatro compañeros más. Lo pasé bastante mal, ya que  me gusta mucho mi trabajo y estar todo el día en casa no me viene nada bien. Ana me dio todo su apoyo y me dijo que saldría de esta porque ella iba a estar conmigo como siempre lo ha hecho. Desde entonces busco trabajo de lo que sea, he perdido las esperanzas por el momento de seguir trabajando en lo mío.
Ana y yo nos habíamos planteado un cambio de vida. Ella no tendría problema en trabajar como médico y aquí seguiría teniendo su plaza y yo podría encontrar algo de lo que fuese y mejorar mi inglés. La semana antes de Nochebuena estuvimos mirando distintas zonas de Inglaterra a las que podríamos ir y los hospitales que había por esas zonas. Estábamos bastante ilusionados de poder empezar un proyecto en común en un sitio distinto ella y yo solos, desde cero, buscándonos la vida y la manera de seguir adelante. Pero juntos sabíamos que podríamos conseguirlo.
¿Y ahora qué? ¿Cómo he podido hacerle esto a Ana? ¿Qué va a pasar ahora? En mi mente sólo está recuperarla pero…. ¿cómo?
Dispuesto a hablar con ella, me vestí, me miré al espejo… madre mía gañán que careto llevas. Armándome de valor y con la mente clara y despejada cogí mi pequeño Opel Corsa y me dirigí hacia casa de Ana.
De pronto mi móvil sonó, lo llevaba en el bolsillo, logré sacarlo y al ver el nombre en la pantalla el corazón se me paró…
Oí pitidos….
¡El semáforo!
¡Oh no!…









miércoles, 8 de enero de 2014

Impresionado

A estas horas sobrepasamos las 1110 visitas a las páginas de nuestro blog. Ni en mis mejores sueños podía esperar semejante zarracatalla de visitas. Estoy impresionado. Gracias y ha seguir leyendo chic@s.
Para celebrar tan magnifica cifra os dejo un regalito en forma de canción. Es de Nasville, su último trabajo: "Dudas infinitas". Porque la creatividad no se expresa solamente leyendo. Y estos chicos se merecen todo nuestro apoyo.

Además tengo que contaros un secreto... ya tengo en mi poder el segundo capítulo de "Nuestra historia". Siento que tengaís que esperar hasta el lunes, pero.... Solo puedo adelantaros que hay una conversación muy interesante entre....

lunes, 6 de enero de 2014

Nuestra historia. Capítulo I: ¿Te has follado a Olga?

A continuación el tan esperado primer capítulo de esta novela plural. Lo he titulado así porque es como arranca la narración y es revelador del desarrollo de la trama. Espero que disfrutéis con su lectura tanto como yo lo he hecho escribiéndola. Añado una sección específica en el blog. Podéis leerlo en la sección "Nuestra historia."
Ya comentaréis que os parece. Busco escritores para los próximos capítulos. Si te interesa y te crees capacitado no dudes en ponerte en contacto conmigo a través del correo electrónico. El segundo capítulo ya está en marcha.
Besos.



I.      ¿Te has follado a Olga?

-¿Te has follado a Olga?
Un silencio prolongado me permitió continuar durmiendo.
-Te la has follado, ¿verdad?-Ana deambulaba desesperada por la habitación.- ¡Te la has follado, cabrón!
 No sabía muy bien lo que estaba pasando pero parecía ser grave. Tenía tal resaca que no podía ni abrir los ojos. La cabeza me iba a estallar y Ana no paraba de gritar.
-Eres gilipollas. ¡Hijo de puta!-Yo no podía abrir mis ojos y los suyos estaban tan abiertos que se le iban a salir de las órbitas.- ¿Cómo puedes hacerme esto después de todo lo que hemos pasado juntos?
No era la mejor manera de comenzar el año. Quería poder decirle algo pero no sabía el qué. Como soy un gañán, perezoso, vago y muy oportuno en mis comentarios, no se me ocurrió nada mas apropiado. -¡Feliz Año Nuevo, cariño!
-Lárgate de mi casa.- Esta vez no me gritó, lo dijo como si se sintiese derrotada, abatida. Incapaz de luchar más por nuestra historia. Ella ya no podía hacerlo y sentía que yo no quería.- No quiero volver a verte nunca mas.
Cerró la puerta de la habitación lentamente. En el salón se oyeron unos casi imperceptibles ruidos y finalmente me llegó el tintineo de las llaves al recogerlas del vacíabolsillos colocado en el recibidor de la entrada. Seguidamente oí cerrarse la puerta principal del apartamento y allí me quedé. En pelotas sobre la cama, pensando en qué estaba pasando.
Tres horas más tarde volví a abrir los ojos. Estaba helado. Un poco mareado y mi estómago se había convertido en un ascensor. Una de esas arcadas me arrancó de la cama. Corrí a vomitar al baño. Tiritaba y la cabeza me iba a explotar. A duras penas me metí en la ducha. Después me lave los dientes. Maldito whisky. Todo me sabía a whisky. Respiraba whisky.
Lo siguiente fue ir hasta la cocina y buscar desesperado un ibuprofeno y Almax. Vale, ahora es cuestión de esperar a que haga efecto. Enseguida estaré listo. Listo ¿para qué? Ana se había marchado. Ni rastro de ella en el apartamento. ¡Vamos gañan, busca tu móvil y llámala! Salgo al salón. Tropiezo con mi butacón de ver las pelis. Encuentro el teléfono sobre la mesita. La llamo. Un tono, dos tonos, tres tonos, quince tonos. ¡Nada!
Piensa, piensa, pringado.
Un whatsapp. Me la camelo y caerá rota en mis brazos de nuevo. Eres un genio, ¡campeón! Compruebo si tengo alguna llamada, sms, mensaje de voz, Twitter, Facebook, Google+, nada. Anda… un whatsapp. ¡Es de Olga!. Leo: “Joder Pedro, eres un fiera. Me dejaste desecha anoche. Me escuece hasta el kiwi. Cuando quieras repetimos. Mándame el video de anoche que sigo cachondísima.” Rematado por tres emoticonos de besos.
¡Para flipar! Seguro que Ana lo ha visto. Claro que lo ha visto. Me marcaba como mensaje leído. Lo ha tenido que ver. Seguro. Y esta tía que decía de un vídeo…. Busco en galería. Efectivamente, ahí está. Lo abro.
No podía dar crédito a lo que estaba viendo. Es la habitación de mi piso. Mi habitación. Estoy grabando a Olga desnudándose. Yo ya estoy en pelotas y con una erección de caballo. Me tumbo en la cama. Ella viene lentamente de rodillas hacia mi y comienza a lamer todo mi cuerpo. ¡Diósssss! Después dejo el móvil en una posición fija y durante casi media hora estamos dándole al tema de todas las posturas posibles. ¿Cuándo ha pasado esto?
Si Ana lo ha visto se acabó. Pero que tonterías pienso. Se ha acabado seguro. Lo ha visto.
Cuando me recupero del shock de mi momento de estrella del porno vuelvo a la habitación. Abro la ventana y la noche del día de Año Nuevo esta cayendo sobre la ciudad. El frío se cuela en la alcoba. Lo agradezco. Me espabila. Hago la cama. Me visto y recojo mis cosas desperdigadas por la mesita de noche: reloj, cadena, pulsera, anillo y cartera. En ese momento me doy cuenta de que todas ellas me las había regalado Ana. Siempre me regala cosas, muchas cosas. Prácticamente me viste ella. Yo soy un desastre para combinar. Nunca he tenido que hacerlo. Pasé de que me vistiera mi madre a que lo hiciera ella. Llevamos juntos desde el instituto. Y esta noche….
Una vez que ya estaba listo volví a llamarla. Pero con idéntico resultado. Ella me había dicho que me fuera de su casa. Yo no quería hacerlo, quería esperarla. Aunque realmente me daba un miedo atroz pensar en qué decir si ella volvía y yo todavía estaba allí. Habían pasado tres horas desde que Ana se marchó. Era tiempo más que suficiente para haberme largado. Así que cogí mi chaqueta de cuero, me calcé mis botines negros y salí del apartamento.
De camino a mi piso fui repasando mentalmente todos los momentos del día anterior. Quedamos a media tarde con Olga, Ramón, Rafa y Patricia. Todos ellos solteros, aunque con varias relaciones esporádicas de poca duración entre ellos. Estaban muy bien así. Eran mejores como amigos que como pareja. Y todos ellos compañeros de trabajo de Ana en el hospital. Olga sin duda era su mejor amiga, compañera de sección (traumatóloga) y se conocían desde el colegio. Ramón y Rafa eran celadores y los conocían del trabajo por el gran don de gentes de ambos. No pasaba nada en el hospital que ellos no supieran. Todo el mundo allí los conocía y los apreciaba. Patricia fue la última en incorporarse al grupo. Trabajaba en la limpieza y la conocimos de la mano de Ramón. Estuvieron saliendo tres meses. Lo dejaron, pero ella siempre será de nuestro grupo porque es una chica genial. Solemos juntarnos muchas tardes en un bar del barrio. No me imagino la próxima cita.
Hice un alto en el camino y entré a un bar para tomarme un café. La resaca mejoraba por momentos, pero necesitaba cafeína. Recordaba haber quedado con el grupo sobre las cinco de la tarde. Todos muy guapos para la ocasión. Cenábamos en un gran cotillón organizado por uno de los mas prestigiosos restaurantes de la ciudad. Antes tomamos unas cervezas, y algún que otro vino con unas tapas, en los bares del centro. Luego llegamos al complejo hostelero donde se celebraba el evento. Eso lo recuerdo muy bien. Risas en la cena. Brindis. Ramón insinuó que para cuando un brindis de boda… Después las campanadas, con Rafa colgado de mi cuello. No tolera el alcohol, el pobre. Muchos besos después de las campanadas. Gran velada de bailes. Los seis lo dimos todo. Y también en la barra libre. Y después….
Realmente no conseguía recordar lo ocurrido. Pero el vídeo era bastante contundente. Decidí llamar a Rafa para ver que me contaba.
-Rafa, ¿Qué haces, tío?
-¡Hombre Pedro!-su voz sonaba a ultratumba- ¿Cómo estás colega?- tos- Yo…-toses, muchas toses- ¡Fatal! Patricia me metió en un taxi y me envió a casa, por lo visto. No sé ni como llegué a casa. ¡Dios que noche! ¡Tenemos que repetirlo!- toses.
-Si, si. Fue memorable.- ¡Como para repetirla! Estaba claro que no sabía nada.- Bueno, te dejo. Cuídate hombre.
Colgué el teléfono. La conversación había sido totalmente infructuosa. Pagué el café, me coloqué el gorrito y salí a la calle. Pensé en Ana. ¿Dónde estaría? Y le mande un mensaje: “Ya me he marchado. Vuelve a tu apartamento cuando quieras. Te quiero.”
Ya eran las ocho de la tarde del día de Año Nuevo mas extraño de mi vida. Seguí caminando. Estaba a escasos veinte minutos a paso ligero de mi piso. Hoy me costaría algo mas. Pensé entonces en Patricia. Era la persona mas sensata del grupo sin lugar a dudas. Marco su número.
-Hola bonita, ¿Cómo estás?-no sabía muy bien como preguntar.- ¡Feliz Año Nuevo!
-Hola Peter.-Siempre me llamaba así- ¿Cómo va tu resaca? ¿Menuda nochecita?
-Buenooo, he estado mejor.-Dime algo, dime algo.- ¿Y tú?
-Bastante bien. Una vez que metí en el taxi a Rafa y Ana y Ramón se fueron para el hospital, me fui para casa. Allí os quedasteis Olga y tú. ¿Qué tal acabasteis la noche?
-Bueno, bien. Ya sabes, lo normal.- Ni idea de lo que me está contando.- Pero…-alargando la frase para ganar mas tiempo como boxeador que se agarra a su rival-. ¿Ana y Ramón tenían guardia hoy?
-¡Que va…! Fueron a curarle las heridas al bravucón de Ramón
-Se cayó por los suelos a causa del alcohol, ¿no?-vamos, cuéntame algo más. 
-Joder Peter. ¿Tu estuviste anoche con nosotros?-estaba claro que sí aunque desearía haberme quedado en casa viendo un clásico de Hitchcock.- Unos impresentables estaban metiéndose con Olga, que por cierto, iba cachondísima, y Ramón fue a defenderla. Se lió muy gorda. Nos sacaron los de seguridad y la pelea continuó en la calle. Le pusieron buena cara al pobre. Ana lo llevo al hospital para curarle las heridas y cursar la denuncia correspondiente en comisaría.
- Y yo, mientras. ¿Dónde estaba?-no daba crédito.
- Ibas tan crujido que de un empujón te estamparon contra una de las mesas del hall del restaurante. Olga se quedó contigo y prometió llevarte a casa.
-Ahhhh-pues si que fue movidita la noche-ahora lo recuerdo.
-No te acuerdas, verdad Peter.
-Ni zorra idea-me sinceré.
Cuando nos despedimos y se terminó la conversación telefónica, llegué al portal de mi bloque. Subí las escaleras de la entradilla y llegué al principal. Abrí lentamente la puerta, como si tuviera miedo por lo que me pudiera encontrar. La primera sensación fue un fuerte olor a tabaco, apestaba a tabaco. Alguien había estado fumando allí. Del grupo solo fumaba Olga. Encendí la luz y llegué al salón. Encontré unos cuantos atuendos típicos de Nochevieja esparcidos por el sofá. En la mesita del salón había dos botellas, una de tequila y la otra de Bourbon. Junto a ellas dos vasitos de chupito volcados y restos de colillas en un cenicero. Había acabado aquí. Avancé hasta mi habitación. La cama estaba desecha.
Recogí el piso, lo ventilé y decidí llamar al bueno de Ramón.
-¿Cómo estás, chaval?
-Bueno, un poco dolorido.
-Si es que siempre has sido un “milhombres”-bromeé- ¿Necesitas algo?
-No, nada. Tranquilo amigo.
-¿Puedo pasar a verte?-necesitaba estar con alguien.
-No es un buen momento, mañana trabajo de turno de mañana y me levanto pronto.-aprecié un ligero tono de duda en su voz.
-¿Ocurre algo Ramón?- claramente era una escusa muy pobre para mí.
-Ana está aquí, tío- ahora su voz se torno triste.
-¡Pásamela!, ¿Cómo está?
-No quiere hablar contigo, dale su tiempo Pedro.
-OK OK. De acuerdo. Bueno, dale un beso de mi parte. Y tú cuídate ese careto.
                Ana estaba allí. Estuve un rato tirado en el sofá. Recopilando toda la información. Ya había hablado con casi todos ellos. Solo me faltaba una persona. Ella tenía la clave de todo lo ocurrido. Olga. La gran amiga de Ana. Mi gran amiga. Ellas se conocían desde el colegio y yo las conocía a ambas desde el instituto. Siempre juntas. Siempre juntos. Tienen 30 años. Yo uno más. Es una mujer preciosa, con unos ojos enormes, grandes pestañas y los labios carnosos mas fascinantes que he conocido. Es la típica mujer que impresiona a los tíos. Yo nunca me había sentido impresionado por ella. Atraído si, es una mujer fascinante, pero la conozco desde hace tanto tiempo que es mas fuerte el cariño con la que la veo que su potente atractivo físico. Solo me faltaba ella. Tenía que llamarla. Pero en este momento me faltaba coraje. Así que respiré hondo, cogí uno de los vasos de chupito y me encaje dos bourbons seguidos. Atravesaron mi garganta y esófago como una lengua de fuego. Noté como llegaban hasta mi estómago. Solté un quejido al aire por la potencia del alcohol y tomé el móvil.
Llamo a Olga.


domingo, 5 de enero de 2014

Anticipo de Reyes

Hola a todos, amigos.
Hoy, para celebrar el nuevo año y la llegada de los Reyes Magos, tenemos un regalito a modo de anticipo de lo que llegará mañana: el primer capítulo de "Nuestra historia", pues así se va a llamar la novela. 
Se trata de un texto escrito por Eduardo Comín Diarte. Aunque en principio el blog nació para la creación de una historia de manera plural, no puedo desperdiciar un regalo como este de un amigo. Así que os lo dejo a continuación. Se titula "Cuando el río suena" y esta disponible en la pestaña superior del blog. Le he creado un espacio específico porque lo merece.
Permaneced atentos porque mañana aparece nuestro primer capítulo, y semanalmente todos los lunes uno nuevo.