martes, 22 de marzo de 2016

Presentación TayTodos. Paseando por mi jardín (sembrado de flores).

El día iba a ser muy largo. La semana había sido extensa e intensa. La espera. El tic tac. La cuenta atrás... ¿Acabarían conmigo?
Lo cierto es, que como casi siempre que amanece de asueto, suelo abrir el ojo el primero de la tropa. Hoy no iba a ser diferente. Era nuestro día. En silencio para no despertar a las fieras volví a repasar todo antes de que los cachorros abrieran sus ojitos cargados de curiosidad y se viniera al traste mi momento zen.
La cosa pintaba bien. ¡Qué digo bien! ¡Pintaba de cojones! (permítanme la expresión). La novela había quedado perfecta, y lucía espectacular. La compañía que íbamos a tener esa tarde no podía ser mejor: arte y brillantez avalaban al elenco de agentes por la causa que habíamos sumado a la Zarracatalla. El marco era incomparable, La Bóveda es el lugar perfecto para ejecutar nuestro plan. Y sabía que vosotros no me ibais a fallar. ¿Qué podría salir mal? Pero aún así era incapaz de mantener los nervios a raya, era tan importante lo de hoy... El salto de calidad que estábamos a punto de dar era tan grande...
Cuando la camada (solo tengo dos pero cunden como cinco) despertó, la jornada echó a rodar cuesta abajo en una dinámica que suponíamos que sería imposible detener hasta el momento de la verdad. Y así fue. ¡Y menos mal! Los nervios del madrugón fueron sustituidos por los del "no llegamos". Y en ese vertiginoso afán de ganarle la partida al reloj arribamos a la capital del Ebro con el principal deseo de conquistarla.
El día y los nervios, como casi todas las situaciones ilusionantes o dramáticas, se viven mejor en familia. Pero llegó la hora y me dispuse a tomar el tranvía rodeado de rostros ilusionados, abrigados con bufandas azules y blancas. Hoy jugaba nuestro Real Zaragoza, ¡qué casualidad!
El vagón se vació en la antigua Romareda y no pude por más que decirle al desconocido que había compartido trayecto hasta allí a mi lado:
-Suerte.
-La necesitamos -respondió cabeceando antes de abandonar el vehículo.
«La necesitamos...» me quedé pensativo extrapolando la frase a mi situación personal.
Llegué casi con hora y media de tiempo a La Bóveda, y allí estaba May B. probando sonido. Noe, el otro otro cincuenta por ciento de Aurora Boreal llegó enseguida, agarró el micro y se afanó en su tarea. Sólo me quedaba pasear por la sala, todavía sin montar, cual padre primerizo a la espera en la antesala del paritorio. La hora se acercaba y allí no venía nadie...
En fin. Soy un agonías, lo reconozco.
Luego llegó el aluvión. Encabezado por Belén Gonzalvo, presentadora del acto, mujer desenvuelta como las haya y ángel de la guarda en esta tesitura. Fue tan simple y llena de cariño nuestra conversación a escasos minutos de abrir el acto que bastó para darme cuenta de que todo iba a salir bien. Belén tiene esto, es así, lo transmite, incluso sin ser consciente de ello.
Como si de un embudo se tratase, la enrevesada escalera de acceso se fue llenando de gente que desaguó en la sala. Saludos, felicitaciones previas, abrazos y muchos besos conformaron el excelente ambiente que se estaba forjando por momentos. La avalancha nos atropelló hasta que comenzó la presentación.



Subí al escenario para dar la bienvenida a todos los presentes y agradecer por enésima vez el esfuerzo de todos los que formaban parte de esto. Desde allí arriba divisé la sala llena. Lo repito, porque todavía esa imagen me impacta cada vez que asalta mis recuerdos: la sala llena.
Cuando recuerdo la semana previa que le he dado a mi mujer preguntándole... ¿Y si no viene nadie? Me sentí ridículo y afortunado a la vez. Por mi ingenuidad por una parte, y porque ella comparte mi vida por otra, compensando mi indecisión y ahuyentando mis dudas continuas.


Tras el arranque Aurora Boreal tomó los mandos creando un ambiente único. Se habían ganado al público desde el primer acorde de Alfredo y la primera sonrisa sincera de Noe.
Después llegó el turno de Belén, maestra de ceremonias, que aportó su visión acerca de la novela con su elegancia innata. A continuación dio paso a Luis Trébol que nos dejó alucinados con su interpretación de los textos extraídos de la novela, presentando los personajes principales de la misma. Una de las autoras, cuando terminó el acto, emocionada me aseguró que una de las lecturas del rapsoda pertenecían a su capítulo, y que al escucharlo parecía como si estuviera en el cine viéndolo. "Lector sin cuento" había inventado la lectura en color. Él es capaz, créanme, se lo aseguro.
Transcurría la presentación de viento en popa. En un sofá próximo al escenario esperábamos nuestro turno de participación mientras Aurora Boreal encandilaba a los asistentes. En ese momento, relajado, de verdad, tranquilo, estaba disfrutando a tope de esta fiesta. Embelesado con todo lo que allí estaba aconteciendo. Y en ese momento sentí un algo especial... Era un beso que llegaba desde el paraíso donde Estela Alcay empujaba y animaba sin cesar, aunque su reloj marcara una hora menos. Otros menesteres, y una serie de casualidades en cadena, hicieron que se perdiera esta presentación por la que tanto había trabajado. Mi otro ángel de la guarda estaba ahí. Lo sentí. Gracias.
Volví a la realidad y comprendí que aquel sofá era un contenedor de ilusiones, calidad y arte en el que yo me había colado irresponsablemente. En el centro del mismo, acomodado, compartía impresiones con Pilar Gonzalvo (esta mujer es puro talento), a su derecha, su hermana Belén Gonzalvo "Val" (para diferenciarla de nuestra maestra de ceremonias que descansaba a mi izquierda). Otra que tal baila... Las dos "Belenes" se habían reunido en un encuentro sonado y esperado. Y encaramado en el reposabrazos del acogedor sofá, Luis Trébol. Un privilegio.
Justo antes de la última actuación del dúo zaragozano, Noe, de camino al escenario se detuvo y entre susurros me preguntó algo. La casualidad había querido que tiempo atrás la vida cruzara en su camino a mis suegros, y hoy preguntara por Antonio, por su ausencia. Subió al escenario, dedicó un tema a la memoria de ese gran hombre que nos dejó hace un año y no pude contener las lágrimas al ver las de mi mujer. Me giré, detuve la mirada en una gran amiga, que tanto nos aportó en ese trance, y cuando me guiñó el ojo supe que todo estaba bien, que siempre hay alguien para apoyarte cuando caes, y me sentí reconfortado, apoyado y querido. Y un poco de eso va Zarracatalla también. Como me comentaba otra autora por las redes sociales: "Si te rodeas de gente buena, te ocurren cosas buenas". ¡Y así es!
Tras cerrar el acto con el ya clásico "Nos leemos" y el atronador aplauso unánime que me sacó los colores, llegó el momento foto de familia. Aquello parecía el photocall del Dolby Theatre previo a la entrega de los premios Oscar. Todos los protagonistas sobre el escenario sobrecogidos por aquella tormenta de rayos que desprendían las cámaras y móviles de los improvisados paparazzi.
Firmamos libros incluso en una zarracatalla continua de muestras de afecto, cariño, felicitaciones, enhorabuenas, besos, abrazos, encuentros y risas. Lo habíamos conseguido. ¡Habíamos conquistado Zaragoza!
Al salir del local, todavía abrumado y exultante, le pregunté a mi compi de grada por nuestro equipo. Habíamos ganado en el tiempo de descuento con autogol del rival. La suerte estaba esta vez de nuestro lado. Me giré y ensimismado me quedé contemplando el grafiti que flanquea la entrada al albergue. Fue una señal. Las cosas no pasan porque sí.



Fue difícil conciliar el sueño esa noche. Estaba desbordado. Lo he repetido hasta la saciedad esta semana... "Sabía que la presentación iba a estar bien, por la calidad de la gente que participaba, pero tanto... ¡Cada vez que lo recuerdo flipo!" Y con esta cantinela llevo diez días.
De hecho, en el reencuentro con otra autora el martes pasado al recordar lo vivido me comentó:
-¿Estarás contento, con tantas flores que te echaron ahí arriba? ¡Venga flores y más flores!
Y como suelo ser de detenerme en los momentos de felicidad y apartar lo que no me desagrada, fui recogiendo todas esas flores lanzadas con tanto cariño y las planté en el jardín de la felicidad, a la espera de que la lluvia de estos días y la inminente llegada de la esperada primavera las mantenga vivas e inmortales mientras camine por este mundo. Así, en sueños, pasearé con mi compañera vital, jugaré con mi pareja de bichos y me entretendré ensimismado al contemplar cada una de las fotos que engalanan esta crónica.

Despistado Observador.

Ahora os dejo con las impresiones de algunos de los presentes en el acto de presentación de la novela. Así lo vivieron ellos:

Bueno...me lanzo a comentarte lo que sentí cuando entré en la bóveda. Además de parecerme el sitio ideal para lo que celebrábamos... Pensé que eras grande, que cada vez esta locura cobraba más importancia, ¡que nos metes en cada una! Pero oye.. estoy orgullosa de que se haya fijado en mí😍. Podría haber sido cualquier otra y no... ¡yo he escrito un capítulo! Lo más importante y que últimamente tengo muy presente es que si crees en algo y ese algo te sale de dentro... llegará a donde queramos que llegue. Eso es lo que vamos a hacer con nuestros proyectos. ¡Eso es lo que quiero que pase con el tuyo! En un pueblo como el que vivimos, con la de gilipolleces que hay que aguantar y la de gente que resta, me alegro de considerarte un amigo, me alegro de que aportes y SUMES a mi vida, me alegro de tener gente así compartiendo y viviendo en mi sitio. Gracias. Suerte de corazón y puedes contar conmigo para lo que necesites. ¡¡¡Te admiro!!!😘😘
Que me sentí orgullosa de formar parte de tu historia. Que sentí una energía positiva en el ambiente que eso no tiene explicación, está o no está... Y tú la tienes últimamente.  Además, darme la oportunidad de seguir el capítulo de mi prima, que la quiero, la admiro, la necesito, es mi complemento perfecto en la vida.
Tengo un buen presentimiento con Alula y  Zarracatalla. Algo que no me había pasado antes. Siempre son dudas. Y con esto es seguridad.
Rosi Oliver Navarro (autora)

Cuando llegue a la Boveda y me sentí rodeado de aquel ambiente pensé estar en un lugar iniciatico, donde la magia podía aparecer en cualquier momento, la enorme ilusión, la pasión y los nervios de aquel grupo de personas en su mayoría jóvenes me hicieron recorrer un camino inverso y verme con taytantos menos, la magia la puso el rapsoda, con su voz, con su estilo, una gozada, gracias a todos.
Carlos Ade López (autor)

Gracias por contar conmigo en esta locura que comenzó hace uno par de años, nunca me imaginaba que me iba alanzar a ella, pero me gusto. Y eso que yo solo he puesto un mini-granito de arena y me ha hecho sentirme grande. Gracias por esa tarde en la Bóveda, gracias por hacer que conozcamos a toda esa gente que es increíble aun conociéndola poco. ¡¡¡Y gracias por hacerme parte de tu locura!!! Fue una tarde inolvidable. ¡¡¡¡Espero seguir formando parte Zarracatalla!!!!
Sofia Navarro Romero (autora)

Había una vez un mago, de nombre David, que utilizó una magia poderosa: la amistad. Gracias a ella consiguió hacer felices a 35 autores y a una ilustradora llevándoles por el país de la fantasía y la creatividad. Sus textos quedaron plasmados en un libro que se presentó al resto del mundo el sábado 12 de marzo de 2016 entre música y palabras. Ese día quedaría guardado para siempre en la cajita de los sueños cumplidos de todos y cada uno de ellos. Y colorín colorado, este cuento continuará...
Belén Gonzalvo (autora y presentadora del acto)

Qué puedo decir del día 12 de marzo, sábado.....
Un día inmemorable, emocionante, único.. Que jamás olvidaré. Por muy pequeña que fuese mi aportación o colaboración, me sentí de lo más orgullosa.
Primero, por hacer algo que nunca había hecho, junto con los demás autores. Segundo, por hacer realidad el sueño de esa gran persona que es David Garcés. Y tercero y último, por la satisfacción que tuve de vivirlo en primera persona con tod@s y cada un@ de l@s colaboradores en este gran y único proyecto.
Gracias ZARRACATALLA.😘
Ana Blasco Durán (autora)

Las escaleras de bajada tenían un sonido especial... Un sonido que logré recordar casi al llegar al final. Sonaban a la misma madera que las que bajé el día de mi boda.
El sitio era espectacular y pronto empecé a ver caras conocidas. Amigos.
Comenzó el acto y siguió con música. Ademas de la buena.
El momento más especial fue cuando el rubor de mis mejillas llegó al máximo esplendor. Me sonaban esas palabras que entrelazadas formaban las frases que meses antes habían salido de mi cabeza. Pero no sabía si las reconocía porque ni yo misma las había leído de esa manera tan especial. Seguido de una dedicatoria única de una de mis canciones favoritas. Y terminando por la sensación inigualable que se siente al pisar el escenario junto una zarracatalla de valientes para que queden plasmadas las sonrisas de tanta gente.
Enhorabuena amigo, una vez más. Tu insomnio hizo otro trocito de NUESTRA HISTORIA.
Merche Comín Diarte (autora)

Mis sentimientos en la presentación:
1º Nervios
2º Expectación
3º Emoción
4º Diversión
5º Satisfacción
6º Gracias, muchas gracias, por dejarme participar en esta locura de ver algo escrito por mí, plasmado
en un libro.
Manuel Zalaya Navascués (autor)

Y a continuación y ante las peticiones diversas de estos días, os dejo con los dos vídeos que proyectamos durante la presentación. Uno es un breve resumen de lo que ha sido Zarracatalla durante sus más de dos años de vida y el último es un reconocimiento a tod@s los valientes que se han atrevido a divertirse con nosotros y hacer posible que TayTodos sea un rotundo éxito.
Besetes a tod@s. Nos leemos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario