Cuando te encontré todavía no era consciente de lo que habíamos crecido. Todavía eramos muy pequeños, dos años no son nada. Pero, en esta vida de montaña rusa endiablada, este tiempo nos ha dado y quitado mucho, tanto que es imposible acostumbrarse.
El caso es que una vez que todos recogieron sus presentes a los pies del árbol navideño que presidía nuestro salón, nos dispusimos afanadamente a desenvolverlos. Los niños, los más impacientes, rompían sin piedad los vistosos papeles que escondían sus esperados regalos. Los mayores los vitoreábamos presa de la euforia del conocedor de lo que la verdad esconde, y esperanzados en dar en la diana de sus anhelos. Al final, nadie quiere decepcionar a un hijo. Ni siquiera bajo el disfraz de Rey Mago o gordinflón de Laponia.
Cuando terminó su bacanal de celofán y se fueron ubicando uno tras otro a lo largo de toda la casa, cada uno con sus juguetes, y en busca de un adulto que les ayudara en la complicada tarea de montar un juguete infantil, tan complicada como la de ensamblar un mueble de la famosa tienda sueca; entonces llegó el turno de los adultos. Con calma, fuimos abriendo ordenadamente los nuestros, con cara de ilusión y sorpresa, aunque algunos de ellos los hubiéramos envuelto incluso nosotros mismos.
La sucesión de felicitaciones y celebraciones se extendió a lo largo de la mañana de Reyes. El día más divertido del año había colmado las aspiraciones de todos a nivel individual y familiar. Era momento de disfrutar durante toda la jornada.
Pero esto no iba a terminar así, todavía podía ser mejor...
¿Y si al día siguiente, cuando oficialmente comienza el año, la rutina se instaura en la mayoría de los hogares hasta las vacaciones estivales, y el paso de los días se convierte en monótono y vertiginoso en busca de la primavera, podíamos tener un regalo al estilo Zarracatalla?
Un regalo de esos que vamos construyendo semana tras semana con la ilusión que nos caracteriza y fruto del esfuerzo continuo que nunca nos abandona. ¡Pues así sea!
Desde finales de noviembre tenemos una proposición que justo en las vísperas de Navidad se ha confirmado oficialmente y que ahora ve la luz e inicia la cuenta atrás. Sabéis que tenemos una novela colectiva a punto de cerrarse, tras un año de escritura y de viajes a lo largo de la península en busca de amigos dispuestos a colaborar con un capítulo. Se trata de TayTodos. Pues bien, ya tenemos fecha y lugar para hacer su presentación: será el 12 de marzo de 2016 en La Bóveda del Albergue, local zaragozano que nos cederá su sala para disfrutar de un buen rato, encontrarnos todos físicamente y por fin tener en nuestras manos nuestro preciado tesoro, nuestra novela... "TayTodos".
Todo esto como digo es fruto de vuestro trabajo, seguimiento y apoyo incondicional en todo lo que emprendemos. Y contamos con la colaboración inestimable de nuestra amiga Estela Alcay. La autora zaragozana será la encargada de presentar el acto, y de otros muchos menesteres que este evento lleva en la sombra.
Todavía no salgo de mi asombro, cada vez que se lo cuento a alguien me tiembla la voz. Esto significa muchas cosas, pero lo más importante es conseguir que esa fecha no falte nadie a la cita. Así que ya sabéis, difundirlo a los cuatro vientos: ¡El 12 de marzo nos vemos en Zaragoza! (nos leemos, mejor dicho).
En las próximas semanas iremos dando algún detallito más, se abrirá el plazo de reserva de ejemplares, se publicarán nuevos capítulos en el blog cada martes, y más sorpresas. De momento, simplemente: GRACIAS y ENHORABUENA.
Besetes a tod@s. Nos leemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario