lunes, 20 de enero de 2014

Nuestra historia. Capítulo III: Por mi culpa

Ya está aquí el intensísimo tercer capítulo de "Nuestra historia". En el se resuelven varias incógnitas planteadas anteriormente. No os desvelo nada, os dejo que leáis.


III. POR MI CULPA

-Un, dos, tres, cuatro...un, dos, tres, cuatro.....-los servicios de emergencias intentan reanimar a una mujer de unos sesenta años que conducía el coche contra el que he chocado.
 El semáforo estaba rojo, pero era Ana quien llamaba y… he perdido la noción del tiempo y del espacio.
Oigo sirenas. Muchas sirenas. Suenan lejanas. Tengo un terrible dolor de cabeza. Imagino que causado por el fuerte impacto del airbag. Hay un montón de cristales a mí alrededor y mucho humo..., me cuesta respirar. Oigo que alguien grita, pero me siento cansado, muy cansado.....

-¡Chico! ¡Chico! ¡Despierta! ¡No te duermas! ¡Escúchame!-un miembro del cuerpo de bomberos intenta despertar a  Pedro, pero no lo consigue.
-¡Debemos sacar a este chico de aquí lo antes posible! Pero tiene las piernas atrapadas-uno de los médicos.
-Tendremos que intentar sacarlo por el techo-le responde el jefe de bomberos.
-Ha perdido el conocimiento y mucha sangre-médicos y enfermeras de la ambulancia examinan a Pedro- ¡Deberemos hacerlo deprisa!
En esos momentos parte hacia el hospital la otra ambulancia. Se lleva a la mujer que conducía el otro coche. Está grave.
Tras hora y media retirando hierros y cristales consiguen sacar a Pedro del vehículo. Lo meten en la ambulancia y se dirigen al hospital. Por el camino intentan despertarle sin éxito.
-¡Rápido, oxígeno! Ya queda poco-dice una de  las enfermeras-, ya estamos llegando, ¡aguanta chaval!....


Mientras, en el hospital, Ana sostiene su móvil en la mano. Le ha llamado tres veces y nada.
-“El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura en estos momentos”-le responde una vocecilla en el auricular.
-¡Grrr! ¡Me saca de mis casillas! ¡Será posible! ¡¡¡Como ha podido hacerme esto, y encima no cogerme el teléfono!!!

Un aviso por el megáfono hace volver en sí a Ana, que se encontraba inmersa en sus pensamientos y en todo lo que había pasado en las últimas horas.-Pues nada, ¡a trabajar!
-“Doctora Retuerto, doctora Retuerto. Acuda al servicio de urgencias, por favor. Repito, Doctora Retuerto, acuda al servicio de urgencias, por favor”.

-¡Sitio, por favor! ¡Dejen los pasillos libres!-Ramón se afana en despejar la zona ante la inminente llegada de la ambulancia- ¡Rafa, reúne a todo el equipo en quirófanos!
-Accidente de tráfico. Varón. De unos 30 años. Sin identificar. Con traumatismo cráneo-encefálico y posible pérdida de sensibilidad en las extremidades inferiores-el equipo médico de la ambulancia adelanta el parte a Ramón, que los recibe a la entrada-. Que alguien avise al doctor Andrés y a la doctora Retuerto.
-Ya les han avisado- acompaña al equipo junto a la camilla, cuando de repente se da cuenta de quién es el paciente-. ¡Oh Dios mío! ¡Pero si es Pedro!
-¿Le conoces?
-Si.... Es el novio... Bueno si, el novio de Ana. La doctora Ana Retuerto-a la par que entran al quirófano. Allí les aguarda todo el equipo a excepción de Ana.
-Roberto, busca a Ana. Tiene que estar al caer. Debes impedir que entre. ¡Es Pedro!..
-¡Y que le digo!-Roberto es el mas joven del equipo de quirófanos y con el que más confianza tienen ambos.
-¡No sé, invéntate algo!
-Pero... ¿Qué ha pasado?
-Un accidente de tráfico, por lo visto se saltó el semáforo. ¡Joder Roberto, no hay tiempo! ¡¡Que no entre!!-Ramón se estaba empezando a desesperar.
-¿Pero...?-Roberto obedeció al ver como se descomponía el rostro de su interlocutor ante tanta pregunta-. Bueno, voy a ver si viene Ana.....

Ya en el pasillo, Roberto ve venir a Ana. No sabe que decirle. ¿Cómo le va a explicar que no puede entrar al quirófano?
-Ana...
-Buenos días Rober.
-No puedes pasar...-bloqueando la entrada.
-¿Qué pasa Rober? Tienes mala cara. ¿Por qué no puedo pasar? Me han llamado por megafonía para que acuda, hay una urgencia.
-Lo sé, lo sé. Pero no puedo dejarte pasar.-Roberto no encontraba una excusa mínimamente creíble.
-Lo siento Rober, pero si no me das más explicaciones voy a tener que pasar. ¡Es mi trabajo!
-Ummm..... yo..., no sé como decirte esto...
-Venga hombre, que me estás asustando.
-Esta bien...-de repente cogió fuerzas y lo soltó- Es Pedro.
-¿Cómo que es Pedro?
Tres segundo de silencio interminables. Roberto al final concluyó.
-El del accidente. La urgencia por la que te han llamado. Es Pedro..., está grave.

A unos metros de allí, en el Rock´n Blues, el bar de la esquina donde se reúnen a tomar unas cervezas después del trabajo, se encuentran Olga y Patricia tomando un café y hablando del mal rollo que va a haber ahora en el grupo.
-¡Como se te ocurre liarte con Pedro!
-¡Oye, guapa! ¡Dos no se lían si uno no quiere! Que no se te olvide que tanta culpa tiene él como yo. Bueno que digo.... ¡Más culpa tiene él, que es el que tiene novia!
-Pues sí. No le vamos a quitar méritos... ¡Pero es que su novia es tu amiga, tía!
-¡Mira quien fue a hablar! ¿Y lo tuyo con Ramón, eh?
-No me compares. Que no teníamos pareja ninguno de los dos.
-Bueno... tu no. Pero él estaba con aquella chica morena del laboratorio. Que si no recuerdo mal estuvo a punto de suicidarse cuando Ramón le dijo que la dejaba porque estaba saliendo con otra.... ¡tú!
-¡Venga ya! ¡Esa tía es una teatrera! ¡No fue para tanto!-Patricia estaba empezando a calentarse por las acusaciones de su amiga. No soportaba que estuviera escabullendo el bulto de esas maneras-¡Joder, Olga! No me cargues con el muerto a mí. Que esto no es lo mismo y lo sabes.
-Perdona Patri, solo es que....
La conversación se interrumpe por el sonido del “busca” de Olga.
-Pero ¿hoy no tenías fiesta?
-Si, pero siempre lo llevo encima por si acaso.
-Bueno. ¿Te vas al hospital?
-Si, es una urgencia. No sé que habrá pasado. Le tocaba turno a Ana en trauma...
-Adiós. Mañana nos vemos. ¡Corre, vete! Que ya pago yo los cafés-su tono era mucho mas conciliador. Así era Patricia. Podía enfadarse contigo y a los dos segundos se apaciguaba. Nunca te guardaba rencor. Era una gran persona a la que todos recurrían en sus peores momentos por su dulce temperamento.
-Gracias Patri por el café y tu paciencia… Te llamo mañana.
Olga le tiró un besito al aire a modo de despedida y salió volando del establecimiento. Ella remató con tranquilidad su capuchino y se dirigió con parsimonia hacía la barra para abonar los cafés. En ese momento sonó su teléfono. Casi se le cae el monedero al ver que era Ramón.
-Hasta me he ruborizado y todo ¡Que vergüenza!, que hago… ¿Lo cojo…? Pues no. ¡Que se joda! Que la última vez que quedamos me dio plantón. Y su escusa... ¡Que se había dormido! Si, ya… ¡Y una mierda!-Lo cierto es que no era mentira. Se había dormido, pero en  casa de una de las enfermeras de la segunda planta-Y a mí, no debería importarme, lo nuestro fue algo breve....
Se interrumpen sus pensamientos por el sonido del móvil de nuevo. Otra vez Ramón.
-Que no lo voy a coger. ¡He dicho que no! Lo cierto es que me gusta. Me gusta como me mira... ¡Pero no como mira a otras!
¡Seré imbecil! ¡Claro que le gusto...le gustan todas! Y además lo dejamos claro desde un primer momento. Yo sabía como era él, que le gusta la fiesta. Le gusta salir, y salir con todas. Pero le creí cuando me dijo que yo era especial. Que ambos mantendríamos una relación abierta, pero que yo era especial. Solo que yo, en realidad, no quería una relación abierta.
Vuelve a sonar el móvil. Esta vez es un whatsapp de Ramón:
-”Ya sé que no me quieres coger el teléfono, pero quería que supieras que Pedro está ingresado en el hospital. Ha tenido un accidente con el coche. Lo han traído hace un momento. He preguntado por ti, pero me han dicho que hoy no trabajabas. Está muy grave, creo que deberías venir. Un Beso.”

Patricia de dirige al hospital a toda velocidad, pensando también en todas las cosas que habían sucedido en los últimos días. Todo lo de nochevieja, lo de Pedro con Olga, Ana… y  ahora esto.
Accede por el servicio de urgencias buscando a Ramón:
-¿Pero que es lo que ha pasado?
-Aún no se saben los detalles, pero por lo que se ve Pedro se saltó el semáforo y se llevó a otro coche por delante.
-¿Y como está?
-Ha entrado en quirófano hace ya un buen rato. Aún no saben los daños que tiene, pero no pinta bien. Cuando llegó ya estaba inconsciente, y no saben  en que estado se encuentran sus piernas, quedaron aplastadas por debajo del volante...
-¿Y Ana...?
-No lo sé… He mandado a Rafa para que se quedara con ella. No le hemos permitido que entrara en el quirófano.
-¡¡OH!! ¡Por eso han llamado a Olga! Estábamos tomando un café, y le ha sonado el busca....
-¡Ufff..., que marrón!
-Voy a ver como está Ana, gracias por avisarme-Patricia le dio un dulce beso en la mejilla a Ramón, le sonrió y salió a buscar a su amiga.

Por el pasillo se encuentra con Olga que se dispone a entrar en quirófano. Esta se le queda mirando extrañada.
-Hola Patri, ¿que haces aquí?
-¿No lo sabes...?
-¿Que pasa....?
Un silencio que podría cortar el aire. Patricia prosigue.
-Es Pedro. Ha tenido un accidente. Por eso te han llamado a ti para operar, no quieren que entre Ana-el rostro de Olga se descompuso-. Es él quien está en quirófano. Me voy a ver si encuentro a Rafa, que está con Ana... Quizás no te lo tendría que haber dicho, pero creo que era mejor que lo supieses antes de entrar. Estaré por aquí…
Patricia le dio un abrazo a Olga y tomó sus mejillas con sus manos.
-Vamos Olga, tienes que ayudar a nuestro amigo. ¡Se fuerte!
Ella asintió con la cabeza sin articular palabra. Patricia le correspondió asintiendo. Olga cogió sus manos, las beso, agacho la cabeza y en silencio entró al quirófano. No podía creer lo que estaba pasando, era como una pesadilla de la que no puedes despertar.

En las inmediaciones Rafa acompañaba a Ana, que estaba dando vueltas de un lado a otro del pasillo, sin poder parar, y no dejaba de preguntarse porque nadie le contaba nada de lo que había pasado. Patricia apareció por la puerta de quirófanos y Ana corre a abrazarse con ella. Entonces rompió a llorar. Hasta el momento había resistido, pero al ver a Patricia no pudo contenerse más.
-¿Pero que es lo que ha pasado? ¿Por qué nadie me cuenta nada? ¿Cómo está? ¿Te han dicho algo?
-Solo sabemos que ha sido un accidente de tráfico. Por lo visto se saltó un semáforo en rojo. Aún no saben por qué, pero uno de los bomberos dijo que cuando lo sacaron del coche, tenía el móvil en la mano....
   Entonces vieron palidecer a Ana, que tuvo que sentarse en uno de los asientos para no caerse, y solo dijo...
-Por mi culpa...
Y arrancó a llorar.

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