Sabes una cosa... Si me tumbo y
cierro los ojos puedo soñar.
Sueño que un día estuve rodeado
de amigos, muchos amigos, muchísimos. Unos que todavía conservo desde la
infancia, otros que he ido sumando a lo largo de los años, y otros que
afortunadamente este último año el destino ha hecho se coincidieran conmigo.
Sueño que una ilusión y una idea
medio alocada confluyan durante todo un año en un esforzado y reconfortante
trabajo canalizando los deseos de mucha gente hacia un ilusionante objetivo que
por suerte hoy ya tenemos entre nuestras manos.
Sueño con ver vuestras caras
sonrientes reflejadas en la mía.
Sueño con poder compartir una
velada mágica con todos vosotros en el lugar idóneo donde todo y nada tiene
sentido, y tener como anfitrión a una persona polifacética de gran corazón que
me ofrezca su madriguera para cobijarnos al calor de la amistad.
Sueño con ponerle acordes a esa
noche y juntar cuerdas eléctricas con sonidos de nuestra tierra que te
transportan al pasado pero que intuyes al fusionarse el futuro.
Sueño con acercar los puntos
cardinales de este bendito país y por un momento, sólo por esta noche, que
Lorquí y Luceni estén tan cerquita.
Sueño con conocer totalmente al
azar cuatro días antes a una autora de mi comunidad y que tenga la elegancia y
valentía de desplazarse desde “el charco” hasta lo más Alto de la Ribera del
Ebro en Aragón para conocerme y compartir este momento con todos nosotros.
Sueño con tener a mi familia
siempre apoyándome incondicionalmente, independientemente del resultado o la
valía de lo que proponga.
Sueño con que un ángel
inmortalice esos momentos y podamos compartirlos a través de las redes sociales
o guardarlos en nuestras retinas durante toda la vida.
Sueño con tener un amigo que
apague sus fogones durante un momento para juntar palabras mágicamente y
relatarnos un minicuento con muchas referencias implícitas.
Sueño con atropellar a otro,
también con mucho arte, y sin tiempo ni obligación robe horas al reloj para
hacernos visibles a unos personajes que amanecieron un día en mi cabeza.
Sueño con que una miss turbe ese
momento y me ponga en un bonito aprieto, confabulándose con el resto de caras
que aparecen en mis ensoñaciones, para rematar ofreciéndome un regalo tan
grande que quepan todas esas caras para enmarcar.
Sueño con conversaciones cargadas
de entusiasmo a los pies de la Alhambra para que todo ese trabajo se traslade
al papel y nos llegue a tiempo para regocijo de los habitantes de este sueño.
Sigo soñando con involucrar a más
gente y seguir haciendo crecer este sueño: sueño seguir soñando...
Un 3 de enero de 2015 el sueño
provocado por una noche de insomnio (bonita paradoja) se cumplió colmando todas
mis expectativas.
Así que si me disculpan, bajen la voz. Voy a apagar la luz, a
tumbarme a descansar, a cerrar los ojitos, a escuchar la placentera respiración
relajada de mi familia en el duermevela que antecede a la sala de los sueños, y
si tengo suerte y la modorra me vence caer en un maravilloso mundo onírico que
veremos que me ofrece esta vez.
Brindemos porque se cumplan todos
vuestros sueños en el futuro. Gracias por aparecer en ellos.
Besetes a tod@s. Nos leemos.
Despistado Observador
No hay comentarios:
Publicar un comentario