sábado, 26 de marzo de 2022

2022 DE LETRAS: Ainhoa Ollero Naval - Vías casi muertas.

Título: Vías casi muertas.

Autor: Ainhoa Ollero Naval.

Procedencia: Monzón, Huesca.

Hoy llega a Zarracatalla una buena amiga de este universo literario dispuesta a echar una mano una vez más en este proyecto que hemos iniciado y con el que pretendemos llenar 2022 DE LETRAS. Se trata de Ainhoa Ollero Naval (Monzón, Huesca).
Nos trae un poema reivindicativo en una clara muestra de que la poesía, además de llenar el alma, es un buen modelo de lucha social. Abrazo enorme a los compañeros de Monzón que tan buena labor estar haciendo para no perder los pocos trenes que nos quedan. Se titula "Vías casi muertas", y está dedicado a todas las plataformas ciudadanas que están luchando para que esto no ocurra, empezando por la de su ciudad: MONZÓN, NO PIERDAS TU TREN.

Me ha hecho mucha ilusión volver ha contar con ella, con su forma de mirar la vida, ya sea en verso o tras su cámara, o ambas a la vez como hace en Colorín Decolorado (enlace abajo). Gracias, Ainhoa.

A continuación os dejo aquí su texto para que disfrutéis de su lectura... 



“VÍAS CASI MUERTAS”

 

Bajo mis pies inquietos

la hierba, las piedras,

las vías casi abandonadas

del sitio donde nací,

que a veces siento vacío,

dormido y gris.

 

Estas letras son los ecos

de aquellas risas adolescentes

ignorantes y llenas de alegría,

sin hueco todavía

para el aburrimiento y la nostalgia,

que iban de vagón en vagón

tantos domingos de resaca,

con los libros debajo del brazo

y la maleta llena de promesas

que no supe cumplir,

de lecciones invisibles,

de heridas abiertas.

 

(Vengo a sentarme en el andén

porque sé que estaré sola,

y en mis horas quietas

me gusta creer que mi alma viaja

a perderse en el anonimato

de ciudades no tan lejanas).

 

Dejamos que nos arrebataran

demasiados trenes

haciendo alarde

de nuestra pasividad legendaria,

que solo unos pocos rompían

sin que les escucharan.

 

Dejamos las vías medio muertas,

las baldosas agrietándose,

la cafetería criando malvas:

queda poco más

que los vagones de mercancías

con sus silbidos y sus cargas.

 

Nos encogimos de hombros

mientras nuestra casa se quedaba

en un rinconcito, aislada,

una sombra de lo que fue,

una parada que alguien tachó

de los recorridos ferroviarios

de esta, nuestra modernísima

España.

 

Éramos demasiado lentos, se ve,

para esos trenes de alta velocidad

que se saltaron nuestra parada.

Éramos demasiado pocos, decían,

para seguir llevándonos al norte,

a la capital del país,

a la Ciudad Condal,

a cualquier otro sitio

de esta centralizada telaraña.

 

Pero nuestras voces se alzan

desde aquí, la casa

de las vías casi muertas,

de la estación que agoniza,

de tantos jóvenes que,

encogiéndose de hombros

con desgana

cambiarán raíles por carretera

y no se harán preguntas,

olvidándose de todos esos trenes

que por aquí ya no pasan.

 

Ainhoa Ollero Naval

Monzón, Huesca



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Besetes a tod@s.

Nos leemos.

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